Poemas

El dios caído

A Fidel y su glorioso pueblo cubano
Un dios cae
y miles lo ven
preocupados, llenan las plazas
buscando rezos profanos.
El dios los ve preocupado
pero nada puede hacer.
Yace en la tierra
pensando en ellos.
La multitud solo se acerca
y ven sus ojos húmedos,
cayendo junto a él,
formando una catarata humana.
Él les habla
contándoles historias de coraje,
como cuando llegó a ellos
tomándolos de las manos,
haciéndolos soñar.
Ellos sonríen esperanzados,
fortaleciendo la fe en su religión,

como fue desde el principio
cuando los dioses pisaron la tierra.
Muchos que se alejaron
celebran la caída del dios
como aves negras
que esperan carne muerta.
El dios no muere,
tan solo sufre
indefenso en este momento,
sufre por amor a su gente.
Él pide descansar,
dejando sus ojos cerrar,
para recuperar las fuerzas
como un ave fénix lista para despertar.
Y es que los dioses nunca mueren,
solo se transforman
en partes del corazón
imprescindibles para nuestras vidas.

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