Fidel
Soldado de las Ideas
Lo mismo podemos decir de nuestra Revolución socialista: no es el fruto solo de nuestro esfuerzo, es el fruto también de siglos de lucha de los pueblos, es el fruto del esfuerzo de la clase obrera desde el siglo pasado, es el fruto de la Comuna de París aunque no haya triunfado, es el fruto de la Revolución de Octubre, es el fruto de la lucha de todos los pueblos para crear un mundo en que no exista la esclavitud, en que no exista la explotación del hombre por el hombre, un mundo en que exista verdaderamente la justicia. Una revolución socialista no tiene lugar en un planeta solitario, tiene lugar en este mundo de hoy, donde todavía existen grandes tragedias, donde todavía existe un imperio tan poderoso como el de Estados Unidos.
Creo que los cambios que tuvieron lugar en nuestra patria han sido extraordinarios, las tareas de entonces no son las tareas de ahora. Teníamos en aquella ocasión una revolución victoriosa dentro de un país capitalista, dentro de una neocolonia imperialista, todo aquel sistema social estaba por demoler; la propiedad de nuestras industrias, de nuestros servicios públicos, de nuestras tierras, de nuestros recursos minerales, de nuestros bancos, del comercio, de todo, prácticamente, estaba en manos privadas de una minoría de explotadores, y una parte importante de esas riquezas y de esas industrias estaban en manos de empresas extranjeras.
Tengo un problema: traigo un discurso, pero ustedes saben que estos discursos se escriben fríamente en un despacho; me informaron que iba a recibir las llaves de la Ciudad y que al final diría unas breves palabras, pero me he encontrado aquí un excepcional escenario de calor humano; temperatura fresca por la lluvia que cayó allá cuando salí y estaba cayendo aquí cuando llegaba, como un saludo de la naturaleza a este fraternal encuentro.
A pesar de la distancia y las diferencias culturales, no son pocos los puntos de contacto entre Cuba y Malasia. Nos une la historia compartida de un pasado colonial, la común condición de países subdesarrollados que se han propuesto alcanzar el desarrollo de sus pueblos, la clara percepción de los graves peligros que amenazan hoy al Tercer Mundo, la misma decisión de resistir al sacrificio de nuestra identidad y autodeterminación en aras de una globalización de signo injusto y peligroso.
Estoy seguro de que todos comprendemos que no hay para nosotros, en esta reunión de Nueva Delhi, tarea más apremiante que la de poner al servicio inmediato de la paz todas las fuerzas que representamos en la política mundial, en la que constituimos la mayoría de los países de la comunidad internacional. Tenemos que comprometer a las grandes potencias nucleares a que ninguna de ellas sea la primera en utilizar esa arma devastadora. Tenemos que emplazar a los protagonistas principales de un posible encuentro nuclear, a los representantes de los poderosos pactos militares que se contraponen hoy a escala mundial, a que renuncien a toda idea de supremacía, a que comiencen de inmediato las negociaciones que la humanidad reclama de ellos, a que acepten el equilibrio militar a los niveles más bajos posibles, como antesala del desarme universal y completo, que es la única y definitiva garantía contra la guerra.
Hoy el concepto de nuestro pueblo sobre los pioneros no es el concepto del primer congreso o del segundo congreso. Antes todos veíamos con mucho cariño a los pioneros, sus padres, la población, la nación, y hoy los pioneros son la admiración, el orgullo de los familiares de todos ustedes, de los familiares de todos los niños y de la Revolución (Aplausos); admiración y orgullo que significan grandes esperanzas y un aliento incomparable.
Primeramente me parece que en esta reunión de la Asamblea Nacional se han tomado acuerdos importantes, ¡bastante importantes! Me parece que la Ley de la Vivienda es realmente histórica. Es mucho más amplia que las primeras leyes que hizo la Revolución: la rebaja de alquileres y después la reforma urbana. En aquella ocasión la Revolución hizo leyes a costa de los casatenientes; en esta ocasión la Revolución hace una ley a costa de los propios bienes del Estado, sin que por eso nos vayamos a arruinar.En realidad nunca nuestro Estado socialista ha visto el problema de la vivienda como una fuente de recursos financieros, como una fuente de ganancias, en el mejor sentido de la palabra, porque las ganancias del Estado son ganancias para el pueblo.
Estas obras van a ayudar a la economía del país, pero van a ayudar también a la población: van a ser fuentes de empleo para muchos jóvenes en nuestro país, de buenos empleos y de empleos bien remunerados; estas obras van a aumentar las capacidades vocacionales de nuestro país, porque muchos de estos hoteles en el verano no van a tener visitantes extranjeros. Hay un ciclo en el turismo, hay una época de frío en que los ciudadanos de esos países desarrollados, con muchos recursos, vienen al trópico, pero en el verano pueden ir en su propio país al mar, por eso siempre disminuye y el país dispondrá de muchas más capacidades para sus vacaciones. Y vean ustedes al ritmo en que aumentan estas capacidades.
El hecho monstruoso que evoca este sencillo pero expresivo monumento, fue uno de los episodios que hirió más profundamente la sensibilidad de nuestro pueblo a lo largo de la historia.Han pasado casi veintidós años desde aquellos dramáticos momentos.El vuelo regular 455 de Cubana de Aviación había iniciado su viaje en Guyana. Después de una escala en Trinidad Tobago, la aeronave DC-8 arribó a Barbados con la intención de seguir viaje con dirección a Jamaica y por último a La Habana. Aquel 6 de octubre de 1976 el recorrido fue brutalmente interrumpido.Nueve minutos después de haber despegado el avión del aeropuerto internacional de Barbados, en la torre de control se recibió una comunicación urgente: a bordo del aparato había ocurrido una explosión.
¿Qué factores han influido en estos resultados? Creo que esto es importante, porque el problema que tienen los organismos de la salud, la UNICEF y los demás organismos, es que saben ya perfectamente —como decía el señor Grant— cómo se combate una enfermedad, las técnicas conocidas, las vacunas, hasta lo que él explicaba, la forma de hidratar directamente en la casa, por vía oral, a un niño, el problema es cómo se puede aplicar eso. Yo, naturalmente, no voy a inmiscuirme en cosas políticas en este Congreso, y no voy a inmiscuirme porque realmente no debo hacerlo.
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