Discursos e Intervenciones

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL ACTO CENTRAL POR EL 1ro DE MAYO, EFECTUADO EN EL TEATRO DE LA CTC, EL 1ro DE MAYO DE 1971

Fecha: 

01/05/1971




Compañeros del Comité Central;

Compañeros de la dirección sindical;

Compañeros delegados de las secciones sindicales aquí presentes:  



Ustedes se recordarán que el pasado año, con motivo de la zafra, prácticamente se suspendieron casi todas las conmemoraciones.  No se quería interrumpir el esfuerzo que se venía realizando.  Y esto es porque ustedes saben que esas movilizaciones llevan tiempo, energía.  

Este año también estamos enfrascados en fuertes tareas, empeñados en levantar la producción.  Sin embargo, no queríamos que este 1ro de Mayo transcurriera sin una celebración de tipo oficial.  No queríamos hacer una concentración este año, porque todavía tenemos muchas tareas, y por eso se decidió una representación de tipo nacional de los principales centros del país, y además de todas aquellas secciones sindicales que por su especial esfuerzo en las tareas productivas debían ser invitadas al acto, teniendo en cuenta —naturalmente— la capacidad de este teatro.  Y por eso se han reunido aquí algo más de 3 500 representaciones de las secciones sindicales.  Pudiéramos decir que está nuestro movimiento obrero perfectamente representado en la noche de hoy.  

Hace apenas un año, todavía no cumplido, se planteó la necesidad de la Revolución de impulsar el movimiento obrero, darle el máximo vigor, estructurándolo desde la propia base con el máximo de fuerza y a través de un trabajo de masas, para lograr constituir, desarrollar, y que la Revolución pudiera contar con un instrumento a la altura de las tareas que tiene delante.  Desde entonces se celebraron las elecciones en todos los centros de trabajo.  

Según el dato que tenemos, se constituyeron 33 815 secciones sindicales.  De manera que ya tenemos la base del movimiento obrero, que son precisamente las secciones sindicales.  

Además, en el transcurso de este año se llegó a elaborar la idea de cómo debemos organizar el movimiento obrero.  Y con esas ideas se han estado constituyendo, a través de plenarias nacionales, los sindicatos nacionales.  Tenemos constituido ya el Sindicato Nacional de la Industria Básica, de la Minería, de la Industria Ligera, de la Industria Alimenticia, y en el día de ayer —coincidiendo con el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura— se constituyó ya el Sindicato Nacional de Educación, Cultura y Ciencias, que agrupa una cifra considerable de trabajadores cubanos, ascendente a 175 000, que además desempeñan una actividad de enorme importancia para nuestro pueblo.  

Como ustedes ven, no se ha marchado aceleradamente.  Se ha ido poco a poco, pero con pasos sólidos, desde la organización sindical hacia los sindicatos nacionales.  

Nos debemos proponer continuar la marcha e ir constituyendo los demás sindicatos nacionales.  Hasta ahora, el ritmo de constitución de estos sindicatos ha estado dado por otra actividad de gran importancia productiva y económica, que han sido las plenarias nacionales, partiendo también desde la base, donde los obreros, en unión de los dirigentes administrativos y políticos, han estado discutiendo los problemas relacionados con la producción en cada centro de trabajo, y se han llevado a cabo sucesivamente las plenarias nacionales.  

Cada una de esas plenarias relacionadas con los problemas de la producción, son precedidas de un enorme esfuerzo organizativo y de un enorme trabajo de análisis y de discusión.  Son trabajos serios, pero son también trabajos intensos.  Las plenarias duran dos días, en ocasiones hasta tres días, después de ser precedidas por innumerables reuniones en la base y en las provincias.  

En este período de zafra y de gran actividad no se ha llevado el ritmo anterior.  Pero volverá a tomar ritmo.  De nuevo tenemos otra vez que enfrentarnos a la tarea y continuar la celebración de las plenarias nacionales, que ya en los próximos meses están programadas.  

En ocasiones no podremos siempre coincidir la organización del sindicato nacional con la plenaria.  Y por eso, es posible que tengamos que acelerar en algunos casos.  

De todas formas, nos proponemos continuar trabajando en este sentido durante el segundo semestre y el primer semestre del próximo año.  No apurarnos, y tratar de hacer las cosas bien y, repito, sobre terreno sólido.  Pero está a la vista la posibilidad de que para el próximo 1ro de Mayo podamos tener ya organizados todos los sindicatos nacionales, y que en el segundo semestre del próximo año podamos ya, sobre esta base firme, celebrar el Congreso Nacional de los Trabajadores (APLAUSOS), que debe constituir un acontecimiento de gran trascendencia, y que debe dejar un saldo necesario, importante, para las tareas que enfrentará nuestro país en los próximos años.  Un evento que hay que organizarlo bien, muy bien, para el cual habrá que trabajar duramente, y que podamos al final obtener los mismos resultados que este formidable evento que acaba de concluir relacionado con la educación, y que fue resultado de un cuidadoso, minucioso, incansable esfuerzo de los compañeros de la educación —de los maestros, de los profesores, de las secciones sindicales y del Ministerio de Educación, que puso el máximo empeño, con la cooperación de las organizaciones de masas y los demás organismos— para lograr un evento que realmente tendrá trascendencia histórica.  

De la misma manera creemos, cuando llegue la hora de efectuar el Congreso de los Trabajadores, que los problemas tienen que ser analizados con una gran profundidad, los problemas que interesan a nuestro pueblo, que interesan a nuestros trabajadores.  

Eso no quiere decir ni mucho menos que debamos esperar al Congreso para abordar las tareas prácticas, las tareas inmediatas.  No.  Eso se viene haciendo en los últimos meses y tendrá que hacerse cada vez más.  

Sin embargo, se pueden percibir ya los frutos de esta vigorización del movimiento obrero, se pueden percibir ya los frutos en el terreno de la producción, en el terreno económico.  

No es esta la ocasión, no consideramos que es este el momento de hacer un balance.  Creemos que debemos esperar al 26 de Julio para hacer un análisis de los avances logrados en el terreno de la producción.  De la misma manera que el pasado año se hizo el análisis de las dificultades, podremos tener la oportunidad de hacer el balance de los avances y de las mejoras en el terreno de la economía, en el terreno de la producción, que hemos ido logrando.  Pero debe decirse que los pasos dados en algunos frentes arrojan notables resultados de incremento de la producción y de la productividad.  

Desde muchas direcciones se ha estado trabajando en este sentido:  en esfuerzos organizativos, en esfuerzos de tipo técnico; pero han tenido mucho que ver las asambleas productivas, las asambleas de producción, y muy especialmente la fuerza creciente del movimiento obrero, la toma de conciencia por parte de los trabajadores y que hayan tomado en sus manos estas tareas.  

De manera que sin que se pueda afirmar ni mucho menos que ya estén resueltas las dificultades, de que todo esté hecho, de que podamos descuidarnos un minuto, de que se pueda bajar la guardia, puede afirmarse que los esfuerzos que se han venido realizando durante los últimos meses se traducen ya en resultados concretos y auguran magníficas perspectivas en los años venideros.  

Creemos ciertamente que mediante estos procedimientos debemos seguirnos enfrentando a las muchas dificultades que nos quedan, pero con la seguridad de que no habrá ninguna que no pueda ser superada.  

El año que viene ya podremos salirnos del marco de un local cerrado, que hemos mantenido este año también en consideración a los trabajos de la economía, y podremos celebrar con un gran desfile el 1ro de Mayo (APLAUSOS).

Ya este año, y con motivo del 1ro de Mayo, se efectuaron actos en casi todas las provincias y en Isla de Pinos, y según todas las noticias, según todas las noticias...  

(UNA COMPAÑERA DE ISLA DE PINOS LE DICE:   “Te queremos ver de cerca”).  

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  ¿Cuáles son, las pineras?  (APLAUSOS)

COMPAÑERA DE ISLA DE PINOS.-  Dispuestas a cumplir todas las tareas de la región.  

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Bueno, ya ustedes ven que no nos olvidamos de Isla de Pinos.  Hemos dicho todas las provincias y también Isla de Pinos.  

Isla de Pinos tiene un status que ni es provincia ni es sólo una región; es algo intermedio entre región y provincia.  

Todo lo que sabemos claramente es que es una isla y que va marchando, va avanzando, y esperamos que algún día constituya un baluarte también de la economía del país.  

Ellos no tienen caña...  

COMPAÑERA DE ISLA DE PINOS.-  Pero tenemos cítricos.  

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Tienen cítricos, pero todavía tienen la tercera parte de lo que deben tener.  Ustedes deben llegar a las  3 000 caballerías de cítricos por lo menos.  Ahora están como por 1 000 más o menos.  

Bueno, no importa si van, no importa si marchan seguro y si marchan bien.  Ya Isla de Pinos es la región de Cuba que tiene más agua almacenada.  

COMPAÑERA DE ISLA DE PINOS.-  Fidel, también estamos haciendo muchas casas por esfuerzo propio, muchas tareas.  

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  y escuelas y secundarias (APLAUSOS).

COMPAÑERA DE ISLA DE PINOS.-  ...  

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Algún día tendremos que buscar la manera de conectar la Isla por alguna carretera (APLAUSOS), porque no alcanza nada, ni aviones ni barcos, para el movimiento incesante y creciente, y que será mucho mayor el día que tengan las 3 000 caballerías de cítrico en producción y las demás producciones.  

Pero lógicamente vamos a tener que arreglárnoslas por barco principalmente durante bastantes años, porque cuando llegue la hora de hacer esa obra primero tendremos que haber realizado muchas otras tareas.  Pero algún día creemos que podremos unir la Isla de Pinos con la isla de Cuba —como la llaman ellos.  

COMPAÑERA DE ISLA DE PINOS.-  Queremos que acabes con los pelúos.  

COMANDANTE RAUL CASTRO.-  Fidel, pido la palabra.  Compañeros trabajadores:  ¿Cuál es el orador:  este o aquella?  (APLAUSOS.)

COMANDANTE FIDEL CASTRO.-  Bueno, eso es un poco fruto del entusiasmo que traen los pineros.  

Bien, y de todas maneras para hacer constar que la islita está trabajando.

Bueno, les decía que las noticias que llegan de todas las provincias es que los actos tuvieron un gran vigor, un gran entusiasmo en toda la Isla.  

El año que viene, ya con todas las secciones sindicales constituidas, no las secciones sindicales sino con todos los sindicatos nacionales constituidos, con el movimiento obrero dotado del máximo de vigor y de organización, podremos celebrar un gran desfile —repito— con motivo de esta fecha, y nos saldremos del local cerrado.  

Ahora, el local cerrado se presta a veces para razonar un poco.  Y es lo que yo quiero, razonar un poco con los dirigentes sindicales acerca de distintas cuestiones.  

Nosotros queremos, en primer lugar, señalar que consideramos una gran batalla política y una gran victoria política la Ley contra la Vagancia discutida por más de 3 millones de personas en 115 000 asambleas celebradas, ¡ciento quince mil asambleas!  (APLAUSOS.)

Eso dice más que ningún otro argumento del carácter masivo y del carácter democrático de esa iniciativa; eso dice más que ninguna otra cosa del carácter masivo y el carácter democrático de la Revolución.  

No se siguió el procedimiento clásico, el procedimiento institucional constituido, en virtud del cual se reúnen los miembros del Gobierno y acuerdan una ley.  

La naturaleza de esta ley, su carácter, su importancia tendría una fuerza infinitamente superior si se instrumentaba tal como se hizo a través del movimiento obrero, a través de las organizaciones de masas, y se discutía y aprobaba primero en el seno del pueblo.  

Hemos dicho en otras ocasiones que, a nuestro juicio, este es el procedimiento más revolucionario y más democrático para aprobar las leyes.  Ese procedimiento se ha usado en otras iniciativas, y creemos que debe ser el procedimiento que se vaya usando progresivamente para aprobar las leyes fundamentales.  

Naturalmente que hay un sinnúmero de disposiciones y medidas a tomar que deben ser aprobadas por un procedimiento rápido.  

Pero que todas estas cuestiones fundamentales si se discuten con la masa, se logra lo que se ha logrado con esta Ley contra la Vagancia.  

¿Qué es lo que le dio su máxima fuerza a la Ley?  En primer lugar, la toma de conciencia de todo el pueblo acerca del problema.  

Fueron discusiones extraordinariamente educativas, en que las masas demostraron su toma de conciencia y su toma de posición con respecto al problema de la vagancia.  De la vagancia históricamente no se preocuparon las masas.  

En las sociedades de clases, en las sociedades capitalistas la vagancia es prácticamente un modo de ser de esa sociedad.  En primer lugar porque miles, decenas de miles —y según la dimensión del país cientos de miles y millones— que no trabajan viven, en virtud del derecho de la propiedad, del trabajo de los demás.  

Pero hay también otros que ni siquiera participan en las actividades de dirección de las industrias y viven de los cupones, cobrando los intereses de las acciones que poseen, sin ninguna relación con la producción, sin ninguna relación con el trabajo.  Es inconcebible que tales sociedades se preocupen por la vagancia.  

Las sociedades capitalistas, además, tienen constituida una especie de holganza obligatoria —que no es lo mismo que vagancia—, el desempleo obligatorio.  Mantienen una reserva laboral de desempleados, que permite a las industrias cada vez que surge una necesidad de fuerza de trabajo ir allí a buscarla.  Y por eso ustedes ven en las estadísticas de las sociedades capitalistas —y de las sociedades capitalistas más desarrolladas, como Estados Unidos— que hay millones de obreros desempleados, sin trabajo.  Desocupación que asciende a un 5%, a un 6%, a un 7% de la población laboral activa.  No se cuentan amas de casa y otras personas.  Se cuentan los que deseando tener trabajo no lo encuentran.  

Y resulta cómodo para los capitalistas, cada vez que necesitan fuerza de trabajo, salir al mercado de fuerza de trabajo y comprar fuerza de trabajo.  

Es conocido perfectamente que en esas sociedades el obrero de lo único que dispone es de su fuerza de trabajo y la vende en el mercado.  Las sociedades capitalistas mantienen esa oferta perenne de fuerza de trabajo con el ejército de los desempleados.  

Por eso en el pasado, cuando llegaba el momento de la zafra, nadie tenía que hacer ese esfuerzo que se requiere en estos años, porque había la reserva de medio millón de hombres sin trabajo.  Medio millón de hombres que una gran parte del año no trabajaban, y encontraban en la zafra la oportunidad de librar el sustento.  

¿Qué tipo de trabajo?  Los que tenían que arrear los bueyes, levantarse a las 2:00 de la mañana, empezar a enyugar, empezar a cargar la caña, y acostarse después a las 8:00 o las 9:00 de la noche.  Porque tenían que cortar la caña —cortarla— y alzarla.  

La economía del país se mantenía sobre el esfuerzo de unos cuantos cientos de miles de hombres que en ocasiones tenían que trabajar, 15, 16, y 17 horas diarias.  Y se presentaban solos a las áreas cañeras.  Viajaban de una provincia a otra.  No había albergues ni servicios de transporte ni comedores.  

De manera que los capitalistas organizaban su zafra con mínimo de trabajo.  Hoy las zafras ustedes saben cómo tienen que organizarse y todos los aseguramientos que llevan las zafras.  

El capitalismo tenía instituida la holganza obligatoria en el seno de los trabajadores.  No se podía concebir que en la sociedad capitalista se hiciera una ley en que se estableciera el principio del trabajo como un deber elemental.  Esa ley solo puede ser propia de una sociedad socialista.  Porque el trabajo no se hace para las ganancias de capitalistas:  el trabajo se realiza para producir los bienes materiales y los servicios que todo el pueblo necesita.  

En el socialismo no debe ni puede haber desempleados, porque las riquezas salen del trabajo y solo del trabajo.  Hasta los bienes que sean de más fácil acceso por la naturaleza se requiere trabajo para obtenerlos.  El trabajo es la fuente de los bienes materiales y los servicios que el pueblo necesita.  
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