El teólogo brasileño Frei Betto afirmó hoy que el legado del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, es inestimable por su ejemplo como hombre revolucionario, ético y totalmente dedicado a la vida de su pueblo y al mundo.
 
En entrevista con Prensa Latina, el sacerdote de la orden de los dominicos y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación, subrayó que Cuba sigue demostrando su solidaridad a más de 100 países pobres del mundo que cuentan con la presencia de médicos y maestros de la isla.
 
«Creo que Fidel es un ejemplo de vida para todos nosotros y un aliento para el futuro de la Revolución Cubana», expresó el intelectual, quien posee el premio internacional José Martí de la Unesco.
 
Recordó que le gustó mucho -durante las exequias del Comandante en Jefe- que todos los cubanos decían: «Yo soy Fidel».
 
O sea, nosotros somos Fidel y en ese sentido tenemos que tener un compromiso para mejorar y fortalecer el socialismo en Cuba y sobre todo hacer que siga resistiendo a las agresiones imperialistas, enfatizó.
 
Acerca de la celebración en El Salvador por los 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz, Betto la calificó de una conquista muy importante.
 
Los Acuerdos de Paz, firmados en el Castillo de Chapultepc, México, en 1992 y que pusieron fin a 12 años de conflicto armado (1980-1992) «prácticamente han fundado la democracia en este país», subrayó el destacado escritor que ostenta el premio ALBA de las Letras en reconocimiento al conjunto de su obra literaria.
 
«En otros países hemos luchado para rescatar la democracia y este acuerdo ha fundado la democracia, pero es una democracia aún incompleta porque hay otras guerras», subrayó Betto, quien conoce de la prisión por enfrentarse al régimen militar de su país.
 
El autor de Fidel y la Religión describió que hay otras guerras y El Salvador y la mayoría de los países de América Latina y el Caribe «tienen que librar la guerra contra la pobreza, el hambre, las pandillas o el narcotráfico».
 
«Pero sobre todo la guerra contra el capitalismo que produce la desigualdad, produce el hambre, produce todos esos males que tenemos en nuestras naciones», dijo enfáticamente.
 
Recalcó que la emancipación de los países latinoamericanos y caribeños es una tarea imprescindible y a largo plazo.
 
Acerca de los procesos de cambio como el de Brasil, interrumpido por un golpe parlamentario y judicial, expresó que él tiene un principio: «Hay que guardar el pesimismo para días mejores».
 
«Y en segundo lugar hay que hacer una evaluación seria de todos estos países que han tenido gobiernos progresistas, en qué sentido hemos hecho conquistas importantes y en qué sentido hemos cometido algunos errores», consideró.
 
«Es el momento de una reflexión crítica para avanzar mejor», opinó Frei Betto, uno de los participantes en el foro internacional El Salvador y el mundo: 25 años después de la firma de la paz.
 
La cita es organizada por la secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, cuyo propósito es aportar un legado de reflexión crítica sobre el país a un cuarto de siglo del histórico acontecimiento.