Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la inauguración de la Escuela Secundaria Básica en el Campo "XX Aniversario", situada en el Plan 19 de Abril, Quivican, el 29 de marzo de 1973
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Compañeros de la dirección del Partido;
Compañeros combatientes de la Dirección de Seguridad Personal; Constructores de este plan escolar;
Compañeros profesores;
Compañeros estudiantes:
Voy a pronunciar breves palabras, porque todos estamos impacientes por ver el acto cultural esta noche.
Esta escuela es la número 22 de la provincia de La Habana y la número 52 nacionalmente. Actualmente se está trabajando en 160 construcciones escolares similares a esta.
Pero esta escuela que hoy inauguramos tiene para nosotros un doble significado especial. En primer lugar, el espíritu con que se ha construido esta escuela, la devoción, la conciencia, la disciplina, el entusiasmo con que se ha trabajado; el hecho de que esta escuela ha salido totalmente de un esfuerzo extra de nuestros compañeros, de un verdadero plus trabajo, de un esfuerzo voluntario de compañeros que tienen un trabajo de mucha responsabilidad y que tienen un trabajo tenso, un trabajo arduo, y que a pesar de todo tomaron la iniciativa de ofrecerse para organizar, mediante ese esfuerzo extra, o en sus ratos de descanso, o repartiendo entre los demás compañeros el trabajo, una brigada para participar también en este grandioso programa de construcciones escolares.
Es por ello que tiene para nosotros esta escuela una especial significación, porque se ha construido a base de espíritu y de conciencia revolucionaria. Nos satisface a todos nosotros mucho, nos sentimos realmente alegres, y los felicitamos de todo corazón por esa actitud de que han dado muestras en las construcciones escolares, obras que se realizan en este plan.
A pesar de que los compañeros no eran constructores y que fundamentalmente con lo que contaban era con el espíritu y la voluntad de hacer la obra, han podido cumplir cabalmente la tarea y han construido las escuelas en tiempo récord, y además les han dado una terminación óptima, porque las dos escuelas ya terminadas son conocidas por la magnífica terminación. Es decir que han hecho el trabajo lo más perfectamente posible, a pesar de que era la primera vez que se veían enfrentados a esta tarea y a pesar de que muchos compañeros no han podido estar permanentemente en la brigada, sino que han tenido que turnarse.
Por eso nosotros creemos sinceramente que tiene el mérito de constituir un verdadero ejemplo para nuestro pueblo, para nuestros estudiantes, para nuestros trabajadores y para nuestros combatientes, lo que ustedes han hecho.
Al entrar aquí nos daban los datos del tiempo en que se han construido las escuelas.
La primera de ellas, Quivicán Uno: trabajo efectivo realizado, 4,7 meses; días no laborados, 28 días; total: 5,5 meses. Promedio de fuerzas directas en obra mensualmente, 129 hombres.
Quivicán Dos, que es esta escuela: trabajo efectivo realizado, 5,5 meses; días no laborados, 20 días; promedio de fuerzas directas en obra mensualmente, 98 hombres; promedio de fuerzas en equipos, a nivel de la brigada, 35; promedio de fuerzas en servicios y administración, 17; promedio de fuerzas de compañeros CS y RS, permisos, etcétera, 39; promedio de fuerzas de la brigada mensualmente, 183 hombres.
La primera escuela, Quivicán Uno, se comenzó el 29 de marzo de 1972, hace exactamente un año. Quivicán Dos, el 13 de abril de 1972; Quivicán Tres, el 30 de mayo de 1972; Quivicán Cuatro, el 30 de noviembre de 1972; y Quivicán Cinco, el 5 de enero de 1973.
El compañero que habló en nombre de los combatientes de Seguridad Personal, explicó a cuánto asciende el valor total de las obras realizadas hasta este momento en un año y que sobrepasa la cifra de 3 millones de pesos.
Este es el esfuerzo realmente de un puñado de hombres en las tareas de montaje y terminación de estas escuelas, que no es una, que son dos ya donde en la actualidad hay 1 000 alumnos estudiando, tres escuelas más que están en diversas etapas de construcción.
Cuando se penetra hacia esta zona, esta importante zona agrícola de la provincia de La Habana, ya se divisan las escuelas: la primera escuela, la segunda escuela, la tercera escuela. Y hace un año aquí no había absolutamente nada; este lugar donde precisamente estamos era simplemente un pedregal hace menos de 12 meses. Y ahora tenemos aquí esta preciosa escuela.
Podemos decir que como resultado del esfuerzo de los técnicos, de los diseñadores, de los arquitectos, han logrado con este tipo de escuela una edificación funcional, muy funcional; una edificación, además, muy bonita.
Nosotros podemos tener la seguridad de que en ningún otro lugar de América Latina, y que posiblemente en muy pocos lugares del mundo, se estén ejecutando obras similares a esta.
Todos nosotros podemos sentir una gran satisfacción al saber que nuestros estudiantes, nuestros jóvenes, en número cada vez mayor, podrán incorporarse a estos centros de enseñanza.
Lo que ustedes han hecho en este brevísimo tiempo se puede ver, se puede palpar, en esos edificios que constituyen verdaderos monumentos a la cultura, verdaderos monumentos revolucionarios y verdaderos monumentos a la conciencia y al espíritu de nuestros combatientes y de nuestro pueblo.
Con seguridad que cuando se ven obras de este tipo, los hombres que lucharon, los hombres que cayeron, los hombres que murieron a lo largo de estos 20 años son recordados de una manera elocuente, de una manera digna. Porque los que lucharon y murieron lo hicieron precisamente para que nuestra patria pudiera contar con estas posibilidades creadoras, con estos avances, con esta marcha vertiginosa hacia el futuro, con esta oportunidad maravillosa de trabajar para el porvenir.
y es en consideración a ese espíritu con que ustedes lucharon y trabajaron aquí —verdadero espíritu dentro de la tradición de los combatientes revolucionarios, dentro de la tradición de los que el 26 de julio de 1953 asaltaron el Cuartel Moncada—, por lo que esta escuela llevará el nombre de XX Aniversario (APLAUSOS).
Estamos seguros de que todos ustedes y todos los combatientes que han trabajado en estas obras sentirán durante toda la vida una inmensa satisfacción por lo que han hecho. En estas cinco escuelas que ustedes en parte han terminado y en parte construyen, estudiarán 2 500 jóvenes. Significará, a lo largo de los años, miles y miles de jóvenes que se formarán aquí estudiando y trabajando, de una manera verdaderamente revolucionaria, de una manera verdaderamente comunista.
Hace cuatro días 508 jóvenes, procedentes en parte de esta zona y en parte procedentes del Regional 10 de Octubre, de La Habana, están ya estudiando aquí. Hijos de campesinos, hijos de obreros, hijos de familias humildes de nuestro pueblo. Una oportunidad que tienen hoy por igual todos nuestros jóvenes, como un derecho que les da la Revolución.
En la Cuba del pasado esto habría parecido verdaderamente un sueño, un imposible. A las pocas escuelas de adecuada base material, iban exclusivamente los hijos de las familias ricas. Eran escuelas donde en general la educación era muy atrasada, anticientífica; eran escuelas donde se practicaba la discriminación; y eran, en fin, escuelas a las que podían acudir un puñado de privilegiados.
Y no eran escuelas de esta calidad. No eran escuelas con estos magníficos campos deportivos. No eran escuelas con esta concepción, donde se estudia y se trabaja. No eran escuelas como esta, donde los rendimientos educacionales son superiores a los conocidos históricamente. Baste señalar que en las 51 escuelas secundarias en el campo, en la segunda prueba del año, se produjo un 94% de promoción como promedio. Tales promociones no se alcanzaron jamás en nuestro país. Las promociones históricas estaban por debajo de 70. Las promociones históricas en las escuelas de secundarias básicas en general no rebasaban el 70%.
Y en estas escuelas ya nosotros no tenemos la menor duda de que la promoción este año, como promedio, la promoción final rebasará el 95%. Nos habíamos propuesto una meta del 90% y esa meta será ampliamente superada, a pesar de que son escuelas nuevas, a pesar de que la experiencia comienza a acumularse. Y cuando algo comienza ocurre como les ocurría a ustedes los primeros días que empezaban a montar los primeros edificios. Hoy ustedes tienen cada vez una productividad mayor.
Y así ocurrirá también con la pedagogía en estas escuelas. Cada año que pase se acumulará más experiencia, cada año habrá más profesores, cada año los profesores tendrán más conocimientos a través de su preparación y a través de las experiencias que se vayan acumulando. Cada año estas escuelas tendrán directores más experimentados. Ya el Ministerio de Educación está organizando sistemáticamente cursos para directores de estas escuelas. Recientemente acaba de finalizar uno de esos cursos, e inmediatamente se organizó otro.
Un dificilísimo problema, que era el problema de los profesores de estas escuelas, se está resolviendo también mediante una medida revolucionaria, que es el Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Domenech" (APLAUSOS), donde se enrolan los estudiantes de décimo grado que quieren hacerse profesores, respondiendo al llamado de la Revolución. Hay miles de jóvenes ya en ese Destacamento. Y por esta vía se asegurarán los profesores necesarios para todas las escuelas que seamos capaces de construir.
Y cuál no será el porvenir de nuestra educación, y cuál no será la calidad de estas escuelas en los años futuros, si pensamos que, por ejemplo, para 1980 tendremos más de 30 000 profesores salidos de ese Destacamento, o formándose en ese Destacamento; si pensamos que para 1980 el promedio de edad de nuestros profesores graduados para las secundarias básicas en el campo será de menos de 25 años.
Si se sigue el método de formación superior de esos profesores, si se siguen sistemáticamente los cursos de preparación de los cuadros y directores de estos programas, si se siguen seleccionando más y más de entre ellos a los mejores, no hay la menor duda de que nuestra educación tiene un magnífico porvenir. Y no se están haciendo solo secundarias en el campo. Ya se están construyendo escuelas politécnicas al lado de los centrales azucareros y de las fábricas, se están construyendo nueve escuelas formadoras de maestros, se están construyendo institutos tecnológicos de diversos tipos, y se están construyendo escuelas vocacionales —como la escuela "Lenin", que se terminará en el mes de septiembre de este año, y donde estudiarán 4 500 jóvenes seleccionados por su espíritu de aplicación y de disciplina en el estudio.
De esas escuelas vocacionales una se termina este año y tres más se comienzan a construir en este mismo año. Se está trabajando en el desarrollo de las universidades.
Y todo esto, a pesar de que constituye el más grande plan que se hizo jamás en nuestra patria de construcciones escolares, no es suficiente. A pesar de que las 44 escuelas de este tipo que se inauguraron en septiembre del año pasado, construidas en un solo año, son más escuelas que todas las escuelas de internado que se hicieron en casi 60 años anteriores al triunfo de la Revolución, esas 44 escuelas no eran suficientes.
A pesar de que se está trabajando este año —como les decía— en 160 construcciones escolares, y que en el transcurso del año entrarán ya a funcionar, el equivalente a más de 150 escuelas de este tipo, aún no es suficiente.
De modo que durante estos primeros años todavía el programa de construcción de escuelas estará por debajo de nuestras necesidades.
Se calcula que, por ejemplo, solo en la provincia de Oriente se graduarán este año, de sexto grado, alrededor de 40 000 niños. ¡Solo en la provincia de Oriente! El 98% de nuestros niños están inscritos en nuestras escuelas primarias. Es decir, la casi totalidad de los niños de este país.
Hay más de un millón y medio de niños en la escuela primaria. Y toda esa enorme masa avanza, se gradúa de sexto grado, y por eso resulta insuficiente este gigantesco esfuerzo que nuestro país realiza en la actualidad en construcciones escolares de nivel medio.
Este programa podrá ampliarse después de 1976, cuando entren en producción nuevas fábricas de cemento, que nos permitan alcanzar una producción anual de 5 millones de toneladas; cuando entren en producción nuevas instalaciones en la fábrica productora de cabillas, que nos permita llegar a 300 000 toneladas por año; y cuando entren en producción otras instalaciones industriales, que son necesarias para las construcciones.
Pero no solo tendremos que construir escuelas secundarias, y politécnicas, institutos tecnológicos y de maestros, y vocacionales y universidades. ¡Tendremos que construir muchas escuelas primarias, para mejorar las instalaciones actuales, tendremos que construir muchos círculos infantiles! Pero toda nuestra educación marchará con la concepción de combinar el estudio y el trabajo. Esa combinación ya la estamos llevando a muchas escuelas primarias. Ya un gran número de escuelas primarias en el país tienen también su huerto escolar y un número mayor de escuelas primarias tendrán el suyo. Y en los alrededores de la ciudad de Camagüey se están creando condiciones para el cultivo de 100 caballerías de vegetales, donde unos 10 000 ó 12 000 niños de cuarto, quinto y sexto grados participarán algunas horas a la semana en actividades productivas. Y ese plan se está combinando también con el plan vacacional, con el movimiento de pioneros: los mismos ómnibus que se utilizarán para llevarlos dos horas algunos días en la semana a trabajar en los alrededores de la ciudad, en los días de vacaciones se utilizarán en excursiones, y en los meses de verano se utilizarán en transportar los niños hacia campamentos a orillas del mar y otros lugares. De manera que se va a organizar la vida de los niños, sus estudios, su trabajo y sus vacaciones, en las escuelas primarias.
La ciudad de Santiago de Cuba está organizando un plan similar para la participación de los muchachos de cuarto, quinto y sexto grados de la primaria. La ciudad de Matanzas va a hacer lo mismo, y dispondrá de los transportes y de los medios para llevar a cabo estos programas. Y así sucesivamente.
En Alamar, en las escuelas construidas allí por los obreros con plus trabajo, se está combinando también en esas escuelas el estudio y el trabajo, otros tipos de trabajo, algunas actividades de tipo industrial que pueden realizar los niños.
Pero, naturalmente, nuestro país no tiene suficiente desarrollo industrial para poder aplicar este programa con los cientos y cientos de miles de niños que estudian en las primarias en las ciudades.
Pero, sobre todo en la agricultura, sí tenemos la posibilidad de ir creando taller para aplicar en la enseñanza primaria el estudio y el trabajo. Y ya hay algunas escuelas en Oriente, en Las Villas y en La Habana donde los muchachos combinan diariamente, en la escuela primaria, el estudio y el trabajo.
Los jóvenes de más edad, entre 16 y 19 años, estarán estudiando en los institutos tecnológicos o en las escuelas politécnicas, combinando el estudio y el trabajo.
No tenemos la menor duda de que estas proyecciones, estos programas se traducirán en la formación de nuevas generaciones con una preparación integral y con el hábito universal de estudiar y de trabajar, que será una necesidad imprescindible de las sociedades futuras.
Cuando la compañera directora decía que los jóvenes que se formarán en estas escuelas tenían que seguir el ejemplo y las tradiciones de las generaciones que los precedieron, pensaba: cierto es que las generaciones de nuestro pueblo, desde que tuvo conciencia como nación, han sido generaciones luchadoras y generaciones heroicas. Pero esas generaciones no tuvieron la oportunidad de formarse, de crecer, de educarse, como se están formando y educando las nuevas generaciones. Y nuestra más sincera esperanza no es que sean como las generaciones anteriores, sino que sean mejores que las generaciones anteriores.
Las generaciones anteriores tuvieron la oportunidad de la lucha, del heroísmo. Las generaciones futuras tendrán quizás también la oportunidad de la lucha, y el heroísmo pero sobre todo tienen también la oportunidad de educarse bajo conceptos nuevos, bajo ideas nuevas, bajo normas nuevas, que se traducirán en un tipo de ser humano mucho más solidario, mucho más fraternal, mucho más humano; que tendrá necesariamente que traducirse en seres humanos superiores. Y esa es nuestra más profunda aspiración.
Los jóvenes que van a estudiar, que ya están estudiando en esta escuela, ellos estarán conscientes del gran privilegio que constituye esta oportunidad.
Esperamos que esta escuela XX Aniversario, aunque se acaba de constituir, pueda desfilar también el 1º de Mayo con sus nuevos uniformes, con su banda de música, junto a las demás escuelas secundarias que desfilarán ese día (APLAUSOS), de fiesta de los trabajadores como estudiantes-trabajadores que son.
Ya casi todas las escuelas nacionalmente tienen sus bandas de música, y las que no las tienen las tendrán en las próximas semanas. Deberán ustedes esmerarse en estos días para que puedan estar a la altura de las demás escuelas que comenzaron primero.
(LE DICEN ALGO DEL PUBLICO)
Estamos hablando ahora de las secundarias; pero ustedes, los de Bejucal, son los que tienen más bandas de música en las escuelas primarias de todo el país (APLAUSOS). Sabemos que tienen esa tradición. Pero además, les puedo decir que estamos tratando de hacer una fábrica de instrumentos musicales para que podamos ampliar el programa en Bejucal y en las demás ciudades del país (APLAUSOS). Y realmente, deseamos que un día todas las escuelas primarias puedan tener también sus instrumentos musicales, y ya con eso se irán preparando mejor los niños para cuando vengan a estas escuelas.
Se está confeccionando ya también el nuevo uniforme de las secundarias básicas en el campo y de las escuelas politécnicas (APLAUSOS).
Esperamos que ustedes participen en la emulación sobre los estudios con las demás escuelas. Esperamos que ustedes emulen también en disciplina. Esperamos que ustedes emulen con las demás escuelas en el espíritu de trabajo, que ustedes luchen porque esta escuela XX Aniversario sea digna del nombre que lleva y sea digna del espíritu de los que la construyeron (APLAUSOS).
Esperamos que ustedes se esmeren por superar todavía algunas pequeñas fallas, como es el regreso puntual a la escuela los días de pase (APLAUSOS), porque hay ocasiones en que por debilidad del estudiante e incuestionablemente por debilidad de la familia —y todavía hay familias que son débiles con los hijos, creyendo que les hacen bien, ignorando que les hacen un gran daño— (APLAUSOS) se toleran pretextos baladíes para regresar a la escuela tarde o el lunes, perdiendo medio día, o perdiendo un día. La organización estudiantil y la organización de Jóvenes Comunistas de la escuela deben luchar tenazmente contra esas fallas de la disciplina; y deberán luchar eficazmente por llevar al trabajo el mejor espíritu, por el cumplimiento de las normas y la aplicación de la técnica.
Estamos en general muy satisfechos de la forma en que marchan estas escuelas. Pero debemos esmerarnos siempre para que cada vez sean mejores, para que adelanten en los estudios, en el trabajo, en la disciplina, en la formación cultural, en la conciencia política, en las actividades deportivas.
Ustedes no constituirán aquí una escuela aislada. Ya está Quivicán Uno, la escuela "Bernardo O'Higgins", funcionando en las proximidades de este lugar (APLAUSOS), y tres escuelas más se levantan rápidamente. Habrá 2 500 jóvenes en la primera fase, podrán emular entre sí, y el regional podrá emular con otros regionales, y participarán ustedes en la ardua lucha de todas las escuelas por los primeros lugares.
Eso es lo que nosotros deseamos de ustedes; eso es lo que les pedimos a ustedes, en nombre de los que lucharon y cayeron, en nombre de los que murieron desde hace 20 años, y en nombre de los heroicos combatientes y abnegados trabajadores que han construido esta escuela (APLAUSOS). Y estamos seguros de que ustedes estarán a la altura de esta petición, de estos deseos, para que tanto ellos como nosotros nos podamos sentir orgullosos de los éxitos de esta escuela XX Aniversario.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)