Viet Nam
"Y en el pensamiento del Che y de los que con él cayeron gloriosamente en Bolivia, entre sus motivaciones, estaba ocupando un lugar importante el sentimiento de solidaridad hacia el pueblo de Viet Nam. De manera que al caer no cayeron solo luchando por la libertad de los pueblos de América: ¡Cayeron también, derramaron su sangre también por la causa del heroico pueblo de Viet Nam!
Este es un capítulo que no se ha cerrado ni cerrará, el de Cuba y Viet Nam. Parece que pudo haber una premonición en las palabras del Apóstol de la Independencia de Cuba, cuando José Martí, dirigiéndose a los niños en la Edad de Oro, destacaba la voluntad y el valor del pueblo vietnamita. entonces anamita. Luego, desde el triunfo de la Revolución en 1959, el contacto se hizo realidad estrechándose y afirmándose. La lucha revolucionaria en el Sur y la posición intransigente frente al poderoso imperialismo yanqui en la república Democrática de Viet Nam, bajo la Dirección de su Partido y del venerable Presidente Ho Chi Minh, fueron terreno idóneo para hacer un nudo aún más fuerte entre los dos pueblos y direcciones políticas.
Uno de los símbolos representativos por excelencia vistos por el pueblo cubano fue la visita del Primer Ministro Phang Dong, fundador de la nación vietnamita con Ho Chi Minh y otros líderes. Mientras para el vietnamita fue la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, como el primer Jefe de Estado que visitara Quang Tri, zona liberada del Sur, y Hanoi, en plena guerra. Más, los lazos en otros órdenes son también históricos y concretos.
Tanto en la actividad solidaria, que también asumiría el Che, como Ministro de Industrias, apegado al Comité de Solidaridad que dirigía Melba Hernández, como en la acogida y presencia, por años, en Cuba de miles de estudiantes vietnamitas, muchachas y muchachos becados la Revolución para estudiar diferentes disciplinas e idiomas español e inglés.También jóvenes cubanos, algunos que no rebasarían los 15 años de edad, fueron al Viet Nam agredido para estudiar la lengua vietnamita.
Al puerto de Haiphon, en el norte bombardeado continuamente, atracaron barcos cubanos cargados de azúcar para Viet Nam y por otra parte cientos de técnicos laboraron durante la guerra en el territorio del norte como constructores de hospitales, carreteras y un hotel, entre otros objetos de obra. También otros cubanos fomentaron granjas avícolas para la producción de carne y huevos. Ho Chi Minh decía que se sentiría feliz si algún día cada niño vietnamita pudiera comer un huevo diario. Cuba contribuyó a ese sueño del revolucionario. Después sería Viet Nam, en su impetuoso desarrollo, con idéntica energía y heroísmo cotidiano que en la guerra, los amigos que colaborarían con Cuba en los momentos más difíciles. Fue un hecho trascendental el primer barco mercante vietnamita que entró en puerto cubano.
Hoy la colaboración económica estatal o empresarial y el entendimiento político, entre los dos partidos, así como relación de amistad se mantienen y enriquecen. El que fue Comité de Solidaridad con Viet Nam, en tiempos de guerra, es hoy una creativa Asociación de Amistad que se corresponde con la homóloga en Viet Nam, del mismo modo que los partidos comunistas de las dos naciones mantienen las más estrechas relaciones en el desarrollo del socialismo según las condiciones concretas de cada país.
Los vietnamitas siempre recuerdan una frase expresada por Fidel cuando la situación les era más dura y adversa dado el poderío enemigo: Por Viet Nam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre, sabían que en ella no había retórica sino disposición de todo el pueblo. De ahí también la respuesta: Cuba y Viet Nam, unidos vencerán.