Internacionalismo

Misión Educativa en Venezuela: Robinson, Ribas y Sucre

En 1999, la humanidad esperaba ansiosa la llegada del nuevo milenio, especialmente Venezuela, veía en su recién electo presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, la esperanza de la nueva era para ellos.

Y en efecto, tras tomar posesión del poder oficialmente en febrero del 2000, el líder amplió los gastos públicos y programas sociales, mostrando compromiso con los sectores más desfavorecidos. Surgieron entonces las llamadas Misiones Bolivarianas, entre estas, las educativas: Robinson, Ribas y Sucre.

En su implementación, sería decisiva la ayuda de educadores cubanos, a partir del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, suscrito el 30 de octubre de 2000.

“Uno de los saldos más dramáticos de la crisis política y social de Venezuela durante los cuarenta años de gobiernos puntofijista fue el deterioro del sistema educativo público y la exclusión de la población a la educación formal, en ello, por la década de los 90, existía una tasa de analfabetismo de aproximadamente dos millones de venezolanos, lo que se traduce en casi 9% de la población mayor de 10 años.

Partiendo de estas cifras, el presidente Hugo Chávez Frías, desde su llegada a la presidencia otorgó prioridad especial al rescate y refundación del sistema educativo. Para esto se elevó el presupuesto del 2,8% del producto interno bruto hasta más del 7 % para este sector y se promovió la transformación del proceso educativo. El objetivo del gobierno era acabar con la exclusión que ocasionaba el no saber leer y escribir”, apunta la autora de la investigación Una década de misiones bolivarianas: evaluación de los impactos de las políticas de educación del gobierno de Hugo Chávez (2003-2013).

MISION ROBINSON

Se le nombra Robinson en honor al pseudónimo que utilizó el escritor Simón Rodríguez, un visionario defensor de la educación pública, conocido en su exilio como Samuel Robinsón. Este educador, escritor, ensayista y filósofo venezolano fue además tutor y mentor del Libertador Simón Bolívar y de Andrés Bello.

La Misión Robinson fue creada en junio del 2003, con el objetivo de erradicar el analfabetismo y alcanzar la prosecución al sexto grado, de jóvenes y adultos en el ámbito nacional e internacional, eliminando la condición de exclusión social.

La misma consta de cuatro fases. La primera, dirigida a enseñar a leer y a escribir a aquellos que no saben (analfabetos), mediante el método cubano Yo sí puedo, el cual se basa en la asociación de números y letras, los recursos audiovisuales y la conducción de un facilitador, para estimular el proceso de aprendizaje de la lecto-escritura.

La segunda fase de la Misión Robinson da continuidad a la fase I, mediante Yo sí puedo seguir, que complementa a Yo, sí puedo y permite al alfabetizado llegar a completar los estudios de primaria. Se trata de un programa audiovisual de pos- alfabetización, con el propósito de desarrollar las habilidades adquiridas (escritura y lectura) y otras.

La tercera fase de la Misión Robinson propone la creación de círculos de lectura, con la finalidad de difundir y establecer el hábito de la lectura, para el reforzamiento y actualización de temas políticos, económicos, sociales y culturales de interés nacional.

Un cuarto componente o fase, Robinson Productivo, tiene como intención expandir el horizonte de crecimiento y oportunidades de los ciudadanos incorporados a la Misión. Consiste en la inclusión del componente socio-productivo a la formación académica impartida en los ambientes de aprendizaje, como mecanismo que contribuye al mejoramiento y bienestar socio-económico del colectivo, en pro del desarrollo del nuevo modelo económico socialista del país.

El 28 de octubre de 2005, la UNESCO reconocía a Venezuela como territorio libre de analfabetismo.

Entre los impactos sociales de la Robinson esta la alfabetización de los indígenas en los estados Amazonas, Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas, Sucre y Zulia, para lo cual fue necesario traducir los textos a los idiomas indígenas jivi, yekuana, kariña y warao.

Otros resultados significativos incluyen: la inclusión de la población penitenciara al Sistema Educativo Venezolano. Hasta el 2013, aproximadamente 1.781.920 personas habían sido alfabetizadas, mientras cerca de 980.000 ciudadanos habían completado el sexto grado, se habían otorgado 33.305 becas, 73.040 personas habían sido asistidas con fondos solidarios y se habían financiado 958 proyectos socio productivos.

Gracias a la Robinson se logró también la elaboración de la cartilla Yo Sí Puedo en el sistema Braille. Y de forma general, el desarrollo de la MR, constituyó un precedente para que en enero de 2006 Venezuela suscribiera acuerdos de cooperación con Bolivia y en 2007 con Nicaragua, con la finalidad de apoyarlos en las labores de alfabetización.

MISION RIBAS

“La Misión Ribas, es mucho más que las clases y la graduación. Cada misión tiene que dar pie, debe ser paridora, madre de un gran movimiento social, cada una de ellas. La Ribas debe generar un gran movimiento social. Siendo así su propio nombre José Félix Ribas, el vencedor de los tiranos”.

(Hugo Chávez, 2010)

El nombre de la Misión rinde tributo, precisamente, a José Félix Ribas, patriota caraqueño, que se destacó durante la independencia de Venezuela. Participó en numerosas batallas, pero el episodio más importante fue el de la batalla de La Victoria (12 de febrero de 1814), en donde logró parar a las fuerzas reales de Boves (comandadas por Morales, ya que Boves estaba herido), con unas tropas poco experimentadas, formadas principalmente por jóvenes estudiantes y seminaristas que Ribas había logrado reclutar. Decía Ribas a los jóvenes: “No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer”.

La Ribas fue puesta en marcha en noviembre del 2003, con el objetivo de proporcionar a los ciudadanos y ciudadanas, que no habían podido culminar el bachillerato, la oportunidad de ingresar a un sistema educativo no excluyente y de calidad, que facilite su incorporación al aparato productivo nacional y al sistema de educación superior, mejorando su nivel de vida.

Sus particularidades: dirigida a todas aquellas personas mayores de quince años, que hayan cursado el sexto grado del nivel básico. Incluye un tiempo de dos años para obtener el diploma de bachiller. El curso es supervisado por una facilitadora y la malla curricular se basa en el componente comunitario social y el laboral, que comprende cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser. Al igual que otras misiones educativas, ésta también incluye un sistema de becas para los estudiantes que la necesiten.

Esta Misión se ha destacado además en los ambientes de Ribas Técnica (en gas y petróleo), las brigadas de construcción socialista y Ribas Productiva.

De modo que la Ribas ha trascendido el ámbito educativo para incorporarse a proyectos de desarrollo nacional. Cuenta con ambientes educativos en todo el territorio nacional, incluidos centros penitenciarios, poblaciones indígenas, guarniciones de la Fuerza Armada Nacional, así como instalaciones para personas con requerimientos especiales y discapacitadas.

Hasta fecha 7 de noviembre del 2013 la Misión registraba 1.632.726 personas matriculadas, 125.582 alumnos en aula, 822.853 graduados y 65.471 becados.

Sobre esta Misión, el titular de la cartera de energía y petróleo en Venezuela en 2008, planteó que no debe de ser una misión finita, que culmine con una graduación, sino con la incorporación activa de los egresados en la Misión Sucre, en el seno de las comunidades, pues la idea del gobierno es que los estudiantes de Ribas continúen dentro del sistema y trabajen dentro de los planes de la revolución.

MISIÓN SUCRE

“En 200 años de historia desde que nació la república de Venezuela, hoy república Bolivariana nunca pudo gobierno alguno régimen alguno garantizarle a toda la población la educación superior universitaria. Solo un momento como el que estamos viviendo de empuje, de fuerza nacional, de espíritu nacional y de unidad, solo en un momento en el que estamos viviendo, podemos atrevernos a lo imposible”.

(Hugo Chávez, 2009)

Se nombra Sucre en honor al gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá, militar y político venezolano, prócer de la independencia hispanoamericana. Tempranamente adherido a la causa emancipadora y que empezó a cobrar protagonismo cuando, a partir de 1819, se convirtió en uno de los principales lugartenientes de Simón Bolívar, entre los que sobresalió por su pericia estratégica y su inquebrantable lealtad.

Esta Misión inicia luego de un censo realizado el 2003, con el fin de reinsertar en la educación universitaria a los jóvenes de escasos recursos; que por motivos principalmente económicos, habían abandonado sus anhelos de realizar estudios superiores.

El decreto presidencial No. 2.604 de fecha 09 de septiembre de 2003, crea la Fundación Misión Sucre como ente asociado al Ministerio de Educación Superior.

En el artículo segundo del decreto 2.604 se define el objeto de la Fundación Misión Sucre: “Artículo 2. La Fundación Misión Sucre tendrá por objeto desarrollar planes y programas destinados a garantizarle a los bachilleres venezolanos su legítimo derecho a la educación superior venezolana…”

Dentro de la Misión Sucre, una de esas medidas direccionó el nacimiento de las Aldeas Universitarias, en cada uno de los municipios del país. Éstas consistían en espacios educativos que se enfocaban en las necesidades de formación, investigación y asesoría a cada población.

La Misión Sucre propició que se pasara de la nivelación de estudiantes en espera de cupos, a la apertura de nuevas carreras universitarias en centros superiores de orientación. Otorgó becas nacionales y en el exterior a personas de condiciones económicas vulnerables, sin posibilidades para acceder a la educación superior. Ofreció cursos a los jóvenes, por ejemplo: Gestión Social para el Desarrollo, Derecho, Química, Hidrocarburo en Refinación, Tecnología de la Producción Agroalimentaria, etc.

La UNESCO preseleccionó la Misión Sucre dentro del proyecto “Mejores prácticas en Políticas y Programas de Juventud en América Latina y el Caribe”. Entre 600 programas provenientes de 30 países de la región, fue reconocida en la categoría de “Mejor Práctica en el Trabajo con y para los Jóvenes”.

En tal sentido, hasta 2013, según la autora de Una década de misiones bolivarianas: evaluación de los impactos de las políticas de educación del gobierno de Hugo Chávez (2003-2013), 20.949 personas habían sido becadas, la mayoría correspondiente a la carrera de Medicina Integral Comunitaria, 72 aldeas universitarias habían sido construidas en todo el país y se habían habilitado 1.308 ambientes de estudio en escuelas, liceos y otros espacios ubicados.

En su conjunto Robinson, Ribas y Sucre conllevaron a aumentar el porcentaje de estudiantes en los diferentes niveles de enseñanza en Venezuela. Devinieron, y en el presente continúan siendo, puerta para las y los venezolanos que por la mala distribución de los ingresos u otras causas no han tenido acceso a la educación.

Específicamente para Cuba, las misiones educativas en Venezuela representan el mayor volumen de la cooperación que el MINED de Cuba desarrolla en la actualidad.

La misión educativa de Cuba en Venezuela, inició con la campaña de alfabetización, integrada por 170 cooperantes, distribuidos en los por la totalidad del país, todos como asesores integrales de las misiones Robinson y Ribas. Actualmente tiene una plantilla de 46 colaboradores distribuidos en los 24 Estados de la nación.

Resultados más relevantes hasta el año 2020:

Misión Robinson I y II

  • Alfabetizados 1 832 778 venezolanas y venezolanos. En clases actualmente 828
  • 1 356 173 venezolanas y venezolanos graduados de 6to grado. En clases actualmente 640

Misión Ribas

  • Graduados 1 111 738 bachilleres y 10 820 técnicos.
  • matrícula actual de 177.517 vencedores
  • A estos resultados se suma que en el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE) se ejecutan acciones de asesoría en la formación continua de los maestros venezolanos y los temas sobre la Calidad de la Educación. Hasta la fecha:
  • Formados 2 110 438 docentes venezolanos (253 Másteres y 82 Doctores en Ciencias)
  • Se encuentran cursando la Maestría en Supervisión Educativa 222 docentes venezolanos de 12 Estados.
  • Conformación preliminar en el orden conceptual y metodológico del Sistema de Evaluación de la Calidad de la educación y la construcción colectiva de propuestas de modelos, normas, tipos de evaluación, metodologías e indicadores.

Según declaraciones a Trabajadores, de Inalvis Catalina Mazar Fernández, coordinadora de la misión educativa en Venezuela, hoy día, la Misión Robinson “tiene como propósito continuar trabajando para erradicar el residual de analfabetismo y dar continuidad de estudios a la población más vulnerable, a través de la alfabetización y post alfabetización, programas que se desarrollan con el método cubano Yo, sí puedo y  el objetivo propuesto de Yo, sí puedo seguir, respectivamente.”

Sobre la Ribas, Mazar Fernández precisó al diario: “Sigue trabajando en la formación de bachilleres integrales y productivos de alta calificación y, en virtud del convenio de colaboración firmado entre ambos países, durante el año que termina asesoramos a las estructuras nacionales y estatales en acciones de preparación científico-metodológica y de dirección para dar aseguramiento al reimpulso de la Misión Ribas Productiva, que se suma a los esfuerzos del gobierno bolivariano por alcanzar la soberanía alimentaria.”

Desde el año 2000, el Convenio Integral de Cooperación entre Cuba y Venezuela se renueva anualmente en las reuniones de la Comisión Intergubernamental entre ambos países.