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«La obra política de Fidel debe ser objeto de estudio»

Data: 

29/11/2015

Fonte: 

Vanguardia.cu

Autore: 

«Estimada Laura:
 
«Cuando me llegó tu mensaje salía en ese momento a ofrecer una conferencia sobre el humanismo y la autenticidad del pensamiento marxista en América Latina, en la Universidad de Santo Tomás, de Bogotá.
 
«Al llegar allí, me expresaron sus sinceras condolencias y me solicitaron que dedicara parte de mi tiempo a analizar los aportes del pensamiento de Fidel Castro, y así lo hice. Al concluir la conferencia me dirigí a la embajada de Cuba en Colombia, a también expresar mis condolencias a los demás compañeros y, en especial, a nuestro embajador, que estaba muy afligido pues había acompañado a Fidel en múltiples viajes y eventos.
 
«No podía responderte de manera apresurada tu acucioso cuestionario y ahora que he podido, ya lo hice».
 
Así comienza su correo el profesor, Doctor en Ciencias, Pablo Guadarrama González. Un correo para responder una entrevista apresurada, por la noticia que sorprendió a millones de personas en todo el mundo, el pasado viernes.
 
Desde la geografía colombiana, llegan a Vanguardia las impresiones del destacado filósofo villaclareño.
 
 —Primero, ¿Cuál ha sido su impresión al conocer la noticia del fallecimiento de Fidel?
 
—Sinceramente, lo primero que me vino a la mente fue esta valiosa idea de José Martí, según la cual la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida, truécase en polvo el cráneo del cual alguna vez ideas valiosas germinaron, pero las ideas son eternas*.
 
«También me vino a la memoria la respuesta que le he dado a algunos que han considerado que con la muerte de Fidel termina la Revolución. Les he respondido que la Revolución Cubana la dirigió exitosamente Fidel, pero no la hizo él, sino su pueblo. La Revolución la ha hecho y la sigue haciendo el pueblo de Cuba.
 
«Recordaba que cuando José María Vargas Vila —el entrañable amigo colombiano, como le llamaba José Martí—, conoció que este [Martí] se había ido a las montañas cubanas a luchar por la independencia, expresó que estaba loco.
 
«Enrique José Varona le respondió que no era así, pues Martí era como el Pico Turquino, pero los picos no nacen de sabanas, sino apuntalados por otros picos tan altos como él, esto es, Máximo Gómez, Antonio Maceo, Calixto García, etc. Lo mismo ha sucedido con Fidel».
 
—¿Qué salvaría del pensamiento de Fidel, en un momento como este? ¿Por qué?
 
—Sería muy difícil resumir en pocas palabras lo que salvaría del pensamiento de Fidel. Pero en lo fundamental sería: su humanismo práctico y revolucionario, su internacionalismo, su optimismo y confianza en la perfectibilidad humana, su convicción de que es posible una sociedad superior y más humana que el enajenante capitalismo, su ejemplo personal de crecerse ante las dificultades y afrontar con valentía todas las adversidades. Pero, en especial, su profunda fe en el pueblo cubano y en su capacidad de luchar por una sociedad más justa y equitativa.
 
—¿Qué impacto considera puede tener este hecho en el pueblo cubano, que se ha reconocido muchas veces fidelista, incluso antes que marxista, o comunista?
 
—Confieso que he expresado mis diferencias con la denominación de las ideologías y de las filosofías a través de patronímicos. A Marx rechazo que se le denominase como marxista no porque renegase de sus ideas y principios, sino por no estar de acuerdo con las interpretaciones de su pensamiento, que en su nombre se hacían de forma tergiversada.
 
«Lenin tampoco admitió mientras vivió que se hablase de leninismo. Solo Stalin creó luego el término marxismo-leninismo, para pocos años después agregarle otro nombre, y así se impuso hasta su muerte el término marxismo-leninismo-estalinismo. Y se conoce el daño que se le hizo al ideario socialista en ese período de la historia de la Unión Soviética.
 
«Pienso que, por supuesto, la desaparición física de Fidel es dolorosa y afecta de algún modo la sensibilidad del pueblo cubano. Pero de ahí a pensar que este lamentable hecho vaya a desencadenar una renuncia a la lucha revolucionaria y por el socialismo, va un largo trecho.
 
«En verdad ya llevaba varios años separado de la dirección del Partido y el Estado, sin que eso significase ninguna catástrofe, a pesar de las adversas circunstancias para el ideario socialista después del derrumbe del experimento soviético. Por el contrario, la experiencia cubana de construir una sociedad socialista ha continuado su marcha y perfeccionamiento».
 
—¿Sería pertinente la creación de una cátedra de pensamiento para estudiar la obra política del Comandante en Jefe? En caso de ser positiva su respuesta, ¿qué se potenciaría en ese sentido?
 
 —Por supuesto que la obra política de Fidel, como de todos los grandes hombres de la historia, debe ser objetivo de estudio. No para endiosarlo sino para aprender de sus aciertos y errores, porque como todo ser humano también fue falible. Ahora bien, retomando a José Martí, el sol también tiene manchas: los desagradecidos solo miran las machas, los agradecidos solo miramos la luz.
 
*La frase martiana, exactamente, dice: «La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida; truécase en polvo el cráneo pensador; pero viven perpetuamente y fructifican los pensamientos que en él se elaboraron».