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Diálogos con la historia (L y última parte)

Data: 

25/04/2011

Fonte: 

Periódico El Sol de México
HAY QUE MODIFICAR LA ONU: FIDEL

A lo largo de los trabajos publicados habrán podido percatarse de la presencia constante de los dos bloques político - militares, uno encabezado por Estados Unidos y el otro por la URSS. En la parte final de la presentación y como consecuencia directa de la desintegración de la Unión Soviética, se habla de una nueva correlación de fuerzas y de un mundo unipolar. Sobre esas nuevas condiciones políticas, Fidel Castro se refiere al papel que correspondería jugar a la Organización de Naciones Unidas en un contexto internacional totalmente distinto. Su análisis tiene plena vigencia hoy, cuando ocurren hechos como los que presenciamos en Libia y antes ocurrieron en Irak y Afganistán. En la ya mencionada entrevista del 26 de enero de 1995, interrogué a Fidel sobre el futuro de la ONU en el nuevo contexto internacional y así contestó:

-Señor Presidente, en octubre de este año se cumplen 50 años de haberse creado las Naciones Unidas. En su opinión, ¿qué es lo que ha hecho la ONU?

-La ONU ha hecho lo que ha podido y, en general, ha trabajado en muchas agencias internacionales. La critican mucho porque algunos alegan que tiene mucha burocracia; pero no hay duda que la UNICEF, la Organización Mundial de la Salud, por citar algunos ejemplos, la FAO, una serie de instituciones y agencias de Naciones Unidas, han trabajado y se han preocupado por los problemas del mundo y han desempeñado un papel muy importante.

El problema de las Naciones Unidas es la situación nueva que se crea en el mundo unipolar, que han caído bajo el yugo de Estados Unidos, con el derecho al veto y desaparecida la URSS, que de vez en cuando vetaba alguna cosa, pero nadie ejerció más el derecho al veto que Estados Unidos, se crea un hegemonismo total de Estados Unidos en Naciones Unidas y le impone su política.

...El Consejo de Seguridad se ha abrogado funciones que no le corresponden. Incluso funciones intervencionistas, acorde con las tendencias que han prevalecido en la dirección de Estados Unidos.

Estados Unidos está tratando de hacer con Naciones Unidas lo que hizo con la OEA (Organización de Estados Americanos); interviene primero, pide permiso después. Está manipulando mucho a las Naciones Unidas y, desde luego, eso ha colocado a Naciones Unidas en un papel no siempre honroso.

Creo que a Naciones Unidas hay que modificarla, hay que transformarla. Al transcurrir 50 años es bueno enfatizarlo.

Había un Consejo de Seguridad de 12, después lo ampliaron un poquito, pero cuando surgieron las Naciones Unidas había apenas 40 países. Hay casi tantos países en las Naciones Unidas como los que tú agrupas en la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales.

...Un país como Indonesia, no está; un país como Brasil, no está; un país como México, no está; sin embargo, otros países que tienen 50 millones están en el Consejo de Seguridad.

Se habla de que debe modificarse, cambiarse, ampliarse el Consejo de Seguridad, pero nosotros defendemos el criterio que hemos defendido en las reuniones cumbres latinoamericanas, en todas partes, de que hay que buscar una representación proporcional por continentes.

No se trata de que los más ricos y los más poderosos vayan para el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hacen falta países del Tercer Mundo que estén representados en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ya te he mencionado algunos de esos países.

...No voy a negar el gran papel que ha representado las Naciones Unidas, pero más importante que eso es el papel que podría representar Naciones Unidas en el mundo del futuro y no tengo ninguna objeción a que haya un gobierno universal un día, pero no un gobierno hegemónico, no un gobierno de Estados Unidos, no el gobierno del mundo por Estados Unidos a través de Naciones Unidas. Con esa idea no me podré conciliar jamás. (Diálogos con la Historia, Tomo IV, páginas 790, 791 y 792).

Sobre aspectos relacionados con la situación de Cuba, especialmente después de la caída de la Unión Soviética, el 20 de abril de 1993 entrevisté al General Raúl Castro, hoy Presidente de Cuba, en aquel entonces Ministro de Defensa y algunas de sus respuestas fueron las siguientes:

-Señor Ministro Raúl Castro Ruz, últimamente el mundo anda muy revuelto, ¿cuáles considera usted que han sido los acontecimientos más importantes de los años noventa para Cuba?

-Los acontecimientos más importantes de los últimos tres años, que han sido trascendentes no sólo para Cuba, sino para la humanidad en su conjunto, por las consecuencias que han tenido, son, en primer lugar, el proceso de desintegración del campo socialista de Europa Oriental y peor aún, desde mi punto de vista, la desintegración de ese gigantesco país que abarcaba tierras de dos continentes, Europa y Asia, que es la Unión Soviética y las afectaciones directas para Cuba.

Como se sabe, la Unión Soviética se disolvió oficialmente en diciembre de 1991, pero ya este proceso había comenzado antes con la desintegración del resto del Campo Socialista de Europa Oriental. Lo destaco por la importancia que también tuvo para nuestro país por el comercio que teníamos con los países del CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica). Las consecuencias ya se conocen públicamente: si en 1989 recibíamos poco más de trece millones de toneladas de petróleo, en 1990 obteníamos diez; en 1991 ocho, en 1992 sólo tuvimos alrededor del 50 por ciento de lo que se recibía. Una reducción tan drástica en un recurso tan vital, es algo muy grave para la economía de cualquier país.

Debe tenerse en cuenta, además, que al perder los precios justos de nuestros productos, mercados, créditos para el desarrollo y otras ventajas alcanzadas en nuestras relaciones con el Campo Socialista y principalmente con la URSS, el valor de nuestras exportaciones se redujo en más de un 70 por ciento entre 1989 y 1992. Ello significó que el 45 %, aproximadamente, de nuestra capacidad de importación, tuvo que ser destinada a adquirir petróleo y sus derivados.

...Estas dificultades no se han destacado mucho en la prensa hostil y cuando se ha hecho, es para distorsionar la verdad, pues es falso que nuestra actual situación se deba a la suspensión de las "subvenciones" soviéticas a Cuba. El precio preferencial que recibíamos por nuestra azúcar era un intercambio justo, simplemente. El azúcar que les enviábamos nosotros, si lo hubieran tenido que producir a partir de la remolacha, con su nivel de eficiencia, les hubiera costado mucho más rublos.

...Como se ha dicho, también padecimos un doble bloqueo: cuando Eisenhower empieza el bloqueo norteamericano, a inicio de la década de los 60, toda la tecnología aquí era occidental, fundamentalmente norteamericana. Las fábricas, el transporte, los equipos y al venir el bloqueo, tuvimos que inventar, remediar para tratar de mantener nuestra industria y equipos de producción funcionando. Ahora tenemos en la industria la misma situación con la tecnología. Es decir, se repite la historia. (Diálogos con la Historia, Tomo III, páginas 224, 225 y 226).

En relación con las consecuencias que, para la política interna, podía tener la apertura política, en medio de la grave crisis que afecta al país, en la propia entrevista de abril de 1993 el General Raúl Castro razonó lo siguiente:

-Señor Ministro, ¿considera usted que en Cuba hay apertura política?

-Tu pregunta, Mario, aborda procesos que no pueden ser simplificados más allá de ciertos límites e incluso que solo pueden ser explicados como parte de un contexto histórico.

De cierto modo, la apertura política en Cuba comenzó en 1959, cuando como resultado del triunfo popular, la política se convirtió en patrimonio de millones de personas y la lucha política comenzó a realizarse a escala de toda la sociedad.

La Revolución invirtió el signo de la indiferencia y la apatía política de la población y proporcionó el escenario para que las masas se convirtieran en actores conscientes y en artífices del destino del país. No cerró puertas, las abrió y lejos de cancelar posibilidades las creó.

No es posible hablar de una sociedad políticamente abierta allí donde no haya espacio para la participación de las mayorías ni posibilidades para los hombres y mujeres de todos los estratos. Por otra parte, ningún análisis serio puede omitir los condicionamientos reales del proceso cubano.

La apertura interna a que me he referido tuvo el efecto de provocar el más férreo cierre externo que pueda ser recordado. Estados Unidos no sólo rompió sus relaciones con Cuba e implantó el bloqueo, sino que movilizó todas sus influencias para internacionalizarlo. Logró que Cuba fuera expulsada de la OEA y presionó a los gobiernos de todo el mundo y especialmente a los de Latinoamérica para que rompieran con Cuba, presión que, virtualmente, rechazó México. De hecho convirtió a nuestro país en la más grande plaza sitiada del mundo.

En tales condiciones, el pueblo cubano y su dirección no tuvieron otra alternativa que reaccionar con justas respuestas a ese intento de ahogarnos. En una plaza sitiada no hay lugar para las veleidades y las mayorías, que ocupan las trincheras y las barricadas, no pueden consentir que se les asesine por la espalda.

Esa y no otra es la explicación de la renuencia a promocionar un clima político que ofrezca espacios y oportunidades a los agentes de los sitiadores. En esa posición no hay matices. Cuba no se cerró, la cerraron y no depende de Cuba que el cerco en torno a ella sea levantado. (Diálogos con la Historia, Tomo III, páginas 253 y 254)

Al cuestionarlo sobre el diferendo Cuba-Estados Unidos en la entrevista del 20 de abril de 1993, el General Raúl Castro señaló:

-Ministro, ¿qué podría decir sobre las actuales relaciones entre Cuba y los Estados Unidos?

...Nosotros nunca, y ahí están los hechos concretos, durante los últimos 34 años hemos sido remisos a sentarnos en torno a una mesa, en Washington o La Habana, para discutir y buscar una salida a nuestras diferencias con los gobiernos estadounidenses y esa línea de conducta no ha variado ni cambiará.

Sólo hemos reclamado y ello tampoco ha experimentado ni podrá experimentar alteraciones, que esa posibilidad se lleve a cabo sobre dos principios: igualdad entre las partes y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestras respectivas naciones.

Si tales premisas son respetadas, no tendríamos el menor inconveniente en establecer contactos, entablar diálogo con una agenda abierta a todos los puntos que son de interés bilateral. (Diálogos con la Historia, Tomo III, páginas 261 y 262).

Con los criterios y definiciones contenidos en las respuestas, tanto del Comandante Fidel Castro como del Presidente, General Raúl Castro, sobre temas muy importantes y actuales del proceso revolucionario cubano, ha concluido la presentación que, durante 50 días, ha ofrecido Diálogos con la Historia de Organización Editorial Mexicana.

La idea inicial de presentar el Libro sobre el Viaje de Fidel Castro a la Unión Soviética en 1963, se fue transformando progresivamente en una valoración general sobre la Historia de Cuba; sobre sus relaciones con la Unión Soviética y el impacto negativo que en la economía cubana ha tenido la desaparición del Campo Socialista; así como sobre los enormes retos que debe afrontar el pueblo cubano. En este análisis se ha tenido muy en cuenta la opinión y los puntos de vistas de dos de los principales protagonistas de este proceso que, en los últimos 50 años, ha marcado el decursar político e histórico de Cuba y de nuestro continente.

Albergo la ilusión de que los objetivos propuestos con estos trabajos se hayan cumplido y que nuestros lectores hayan podido acercarse a una página poco divulgada sobre hechos que, en cierta medida, involucraron a la desaparecida Unión Soviética, a Cuba, a Estados Unidos y a muchos países de América y pusieron en un riesgo real la paz en el mundo. Los animo, a partir de esta positiva experiencia, a continuar estudiando e investigando sobre nuestras verdaderas raíces históricas para afianzar, aún más, los principios y valores sobre los que se ha edificado la nación mexicana, base de la hermosa y rica Historia Patria que es motivo de orgullo para todos los mexicanos.