Discorsi

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto celebrado en Caxito, Angola, el 24 de marzo de 1977

Data: 

24/03/1977

Queridos amigos de Caxito:

Yo hablo español. Pienso que tal vez ustedes me entiendan. ¿Sí o no? MPLA se entiende; revolución, se entiende; socialismo, se entiende; el lenguaje revolucionario lo entendemos todos (APLAUSOS).

Este ha sido para nosotros, para la delegación cubana, un día muy agradable y muy emocionante. Por la mañana estuvimos visitando Quifangondo. Ustedes conocen bien a Quifangondo, y saben lo que pasó allí, y los mercenarios también lo saben, los contrarrevolucionarios lo saben, los imperialistas lo saben (APLAUSOS).

Hemos recorrido por la carretera esta mañana diversos puntos. Pasamos por Porto Quipire, y allí todavía se ven las huellas de la guerra, muchos disparos; y llegamos a Caxito, y también vemos todavía las huellas de la guerra, porque nosotros sabemos que aquí se luchó muy duro, y sabemos también que el pueblo de Caxito siempre apoyó al MPLA y al compañero Neto (APLAUSOS).

Ustedes vivieron días muy duros, muy amargos, cuando esta ciudad estaba ocupada por los reaccionarios y por los fantoches que cometían toda clase de injusticias, de abusos y de crímenes contra el pueblo, que saqueaban y robaban. Pensamos que tienen que haber sido días muy amargos para ustedes. Pero las fuerzas revolucionarias lucharon y un día liberaron este pueblo.

Nosotros recordamos cuando llegaron las noticias: Caxito ha sido liberada. ¡Qué gran noticia! (APLAUSOS)

Ustedes ven ahora cómo todo ha cambiado, la diferencia entre los mercenarios, los reaccionarios y la revolución. Ahora está la revolución en Caxito, trabajando para el pueblo, defendiendo los derechos del pueblo, protegiendo las libertades del pueblo, organizando las escuelas, organizando los servicios médicos. Ahora por dondequiera vemos niños alegres y felices que se preparan para el día de mañana. Pero hay cosas más importantes o tan importantes como esa: el trabajo, el desarrollo de la economía, la producción.

Los imperialistas no creyeron que el central azucarero de Caxito iba a producir este año. Y nosotros consideramos que constituye un enorme mérito el hecho de que inmediatamente después de finalizada la guerra ustedes se consagraron al trabajo y ustedes echaron a andar el central azucarero, y mantuvieron las plantaciones de palma y están produciendo azúcar y aceite.

Sabemos que este año todo fue muy difícil, porque apenas hubo tiempo para reparar el central azucarero. Le he preguntado a los compañeros y me explicaban las grandes dificultades que tuvieron que vencer. Sé que han producido casi 10 000 toneladas de azúcar y eso es muy bueno: 10 000 toneladas de azúcar para la alimentación del pueblo, para endulzar la vida de los angolanos, porque esa azúcar no es para los explotadores, ya no es para los explotadores ni lo será jamás. Esa fábrica, esas plantaciones, esa azúcar es para el pueblo (EL PUBLICO CANTA Y COREA CONSIGNAS).

Sé que el compañero Neto les pide un esfuerzo mayor para el próximo año y les ha trazado una meta de 11 000 toneladas. Para eso hay que cuidar las cañas, hay que limpiarlas, fertilizarlas, irrigarlas. Hay que preparar el central azucarero con tiempo, hay que organizar bien el trabajo.

El trabajo es muy importante para la revolución. No hace mucho tiempo, la lucha, la guerra, el combate, era la tarea principal, y hubo muchos héroes. Ahora el trabajo, el desarrollo del país, es la tarea fundamental.

La independencia no significa obtener de inmediato el bienestar, la riqueza. La independencia significa la oportunidad de empezar a trabajar para sí mismo, porque los colonialistas solo dejaron ignorancia y pobreza. El triunfo de la revolución significa la consolidación de la independencia. ¡Sin revolución no hay verdadera independencia, y sin socialismo no hay revolución! (APLAUSOS)

¿Para qué lucharon los angolanos durante tantos años? ¿Por qué murieron los angolanos? Miles, decenas de miles de angolanos no lucharon y murieron para establecer aquí el neocolonialismo, no lucharon y murieron para establecer aquí el capitalismo, no lucharon ni murieron para establecer aquí y mantener aquí los privilegios de nadie, no lucharon ni murieron para mantener en Angola la explotación del hombre por el hombre; lucharon por la libertad, lucharon por la independencia, lucharon por la justicia.

El gobierno angolano, inmediatamente después de finalizada la guerra, se consagró al trabajo por el pueblo: a organizar escuelas, a enviar maestros a los niños, a enviar médicos a los hospitales, a recoger la cosecha de café, a producir azúcar, a reconstruir el país, a crear de nuevo todo lo que el enemigo había destruido. Está haciendo todo cuanto está al alcance de sus manos. Y en algunos terrenos se puede avanzar mucho y rápido: la educación, la salud pública.

Pero para mejorar las condiciones de vida del pueblo es necesario también desarrollar la economía, y ese es un camino largo, porque los colonialistas no hicieron jamás nada por el pueblo, no prepararon a los angolanos, no formaron médicos angolanos, ni profesores angolanos, ni ingenieros angolanos, ni técnicos angolanos. La universidad era para los colonialistas (APLAUSOS Y CONSIGNAS), la administración era para los colonialistas, los puestos de trabajo calificados eran para los colonialistas. Los colonialistas no enseñaron siquiera a los angolanos a manejar tractores —también los tractores los manejaban los colonialistas—, a manejar camiones, ¡ni siquiera eso! Ellos para los angolanos dejaban los peores trabajos, ellos para los angolanos dejaban la pobreza y la ignorancia. Por eso ahora cuesta trabajo, mucho trabajo, llevar adelante el desarrollo económico del país, porque faltan técnicos, faltan cuadros. Y lleva muchos años formar cuadros y esos técnicos, porque desde que un niño ingresa en primer grado hasta que sale graduado en una universidad pasan más de 15 años.

Y ustedes ahora se tienen que enfrentar a esas dificultades para poder tener cada día más escuelas, más hospitales, más caminos, más viviendas, más ropa, más zapatos, más libros, más alimentación, más cultura. Nosotros, los amigos de ustedes, los ayudaremos en la medida de nuestras fuerzas (APLAUSOS).

Angola posee grandes recursos naturales, grandes ríos, enormes extensiones de tierra agrícola, recursos minerales, recursos energéticos, diversos climas donde pueden producirse prácticamente todos los alimentos que el país necesita. Y nosotros gustosamente contribuiremos a ese esfuerzo. Nosotros no somos un país rico, nosotros somos un país pequeño, nosotros no poseemos grandes recursos naturales, pero en 18 años de revolución hemos ido adelantando. Ya tenemos médicos, ingenieros, arquitectos, obreros calificados. Ya en nuestro país se gradúan 1 000 médicos cada año, tenemos médicos, y muchos de ellos dispuestos a venir a trabajar por la salud de los angolanos. Y le hemos dicho al compañero Neto que nosotros no pondremos límites a nuestra colaboración y que brindaremos toda la colaboración que sea necesaria.

Nos satisface saber que en la pasada zafra junto a ustedes trabajaron más de 40 cubanos, y están aquí y seguirán ayudándolos. ¡Eso es lo que significa el socialismo, el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario! (APLAUSOS)

Antes no se podía hablar de socialismo: era muy malo. Por hablar de socialismo los colonialistas querían fusilar a la gente; no se podía hablar de marxismo-leninismo: era muy malo; no se podía hablar de internacionalismo: era muy malo. Sí, era muy malo para los colonialistas y los imperialistas, pero era muy bueno para el pueblo, para las masas oprimidas y explotadas (APLAUSOS). Por eso, hoy, en Cuba y en Angola el pueblo, las masas pueden abiertamente, sin temor —porque hay algunos que todavía tienen temor a las palabras—; pero un pueblo es verdaderamente libre de prejuicios, libre de miedo, cuando puede hablar abiertamente de socialismo, de marxismo-leninismo y de internacionalismo, como hacemos en Cuba, como hacen ustedes en Angola.

El camino que tenemos por delante es largo, es duro. Todavía los imperialistas tratan de agredir a Angola, todavía los imperialistas y los racistas tratan de crear dificultades en Angola, de organizar bandas contrarrevolucionarias para sabotear la producción, para matar angolanos. También con nosotros ocurrió eso durante muchos años, pero trabajamos, luchamos y vencimos a los enemigos. ¡Y nosotros sabemos que ustedes también vencerán!

Por eso es muy justa la consigna de que, ¡La lucha continúa y la victoria es cierta!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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