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La Reforma

Date: 

00/00/2006

Source: 

Libro "Viaje a los frutos"

Inútil es decir que la Reforma Agraria(1) constituye el tema de máxima actualidad en La Habana. La gran mayoría de los cubanos la aceptan con entusiasmo, en tanto que algunos, más o menos "damnificados" en sus latifundios, la critican o la discuten. Pero, cuando la discuten, es maravilla ver la libertad con que lo hacen –aun cuando el impugnador de tales o cuales artículos, de la muy controvertida Transitoria 7, se halle, ante las cámaras de la televisión, hablando para millares de oyentes invisibles… Y ahora está ocurriendo algo sumamente curioso: descubren las gentes que la necesidad de una reforma agraria había sido señalada ya por don Manuel Sanguily en el año 1902, cuando nacía la República de Cuba. Paralelamente a ello, los voceros de algunos partidos políticos que ya huelen a rancio, están insistiendo en el hecho de que, hace ya varios años, sus programas de acción incluían las bases de posibles y luminosas reformas agrarias… Lo cual no deja de situar a los que ahora revindican el honor de haber sido "precursores" en una categoría de brillantes cultivadores de humorismo involuntario. Porque… si tan bien sabían que la situación del campesinado cubano era lamentable; si tan bien sabían que una reforma agraria era de una necesidad apremiante para el país… ¿por qué no aplicaron en su tiempo los hermosos principios expuestos en los programas políticos que ahora sacan a la luz...? "Palabras, palabras, palabras", diría Hamlet.(2)

Pero no es mi propósito ahondar en un tema que incumbe a los editorialistas y comentadores de los hechos políticos, económicos y sociales, del momento. Lo que quiero señalar es el hecho humano del entusiasmo con que los más diversos sectores de la población cubana han querido contribuir, en la medida de sus medios, al éxito de la reforma agraria. No resulta raro ni sorpresivo que los empleados de bancos, de industrias, de hoteles, de comercios diversos, puedan exhibir orgullosamente los tractores, los implementos agrícolas, donados al doctor Fidel Castro. Lo que resulta enternecedor y magnífico –signo de los tiempos– es encontrar, en villorios y aldeas, pequeñas panoplias de azadas, picos y palas, que constituyen la contribución de ínfimos núcleos humanos a la gran obra colectiva. En La Habana, los choferes de la Plaza del
Cristo también exhiben orgullosamente sus donativos a la sombra de los álamos. Pero hay más. Hay mucho más. Junto a la entrada del Instituto Nacional de Cultura, una pared entera, cubierta de machetes, azadones, guadañas, picos y palas, aparece adornada por este letrero: "CONTRIBUCIÓN DE LOS POETAS A LA REFORMA AGRARIA "... ¡Y la verdad es que no hubiesen podido contribuir de manera más virgiliana…!(3)

Como lo decíamos ayer, el show de Tropicana se inspira en la Reforma Agraria. Después de una antología vocal de viejos cantos orientales, presentados por Los Rivero, aparecen danzantes llevando el ritmo de los cortadores de caña, sobre una potente batería de tambores e instrumentos de percusión. Se organizan los movimientos del trabajo, en grácil movimiento coreográfico, e irrumpen en escena los personajes característicos de la Sierra Maestra – el "barbudo", la enfermera, el guajiro aliado…– evocando los días de la lucha. Al final, sobre la tierra fecunda, aparecen todas las frutas del trópico, representadas por bailarinas pintorescamente ataviadas… Es probable que esta rápida narración de un sencillo argumento no pueda dar una idea del espectáculo, tan logrado en lo plástico y coreográfico, que su efecto es a la vez
exaltante y suntuoso...

Y, para finalizar estas notas al margen de la Reforma Agraria, citaré una ágil respuesta del doctor Fidel Castro, durante una entrevista que le fue hecha, hace algunos días, ante las cámaras de una gran estación televisora… Preocupábase el "panelista" por saber a qué clase de cultivos se destinaría una determinada región de Cuba.

– "Allí se sembrarán árboles, principalmente" –respondió el doctor Fidel Castro.

–"¿Árboles frutales o madereros?" –preguntó el "panelista".

– "Frutales, más que nada"–dijo el entrevistado: "Hay muchos casos en que la madera puede ser sustituida por un material plástico… En cambio, mal veo cómo puede fabricarse un mango con material plástico..."

Columna Letra y Solfa, periódico El Nacional de Caracas, 18 de junio de 1959, Colección Carpentier, Biblioteca Nacional José Martí.

Notas
1 La ley de reforma agraria se promulgó el 17 de mayo de 1959; fue firmada en la Sierra Maestra.
Se creó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que presidía Fidel Castro, como el
organismo rector del proceso de aplicación.
2 Hamlet, protagonista de la tragedia de título homónimo de William Shakespeare.
3 Publio Virgilio Maro (70-19 a.n.e.). Poeta latino, autor de las Églogas.