Discursos e Intervenciones

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la inauguración oficial de la fábrica de cemento "Carlos Marx", en Guaibaro, Cienfuegos, el 29 de mayo de 1980

Fecha: 

29/05/1980

Querido compañero Erich Honecker;

Queridos compañeros de la Delegación del Partido y del Gobierno de la RDA;

Queridos compañeros trabajadores y técnicos de la RDA;

Queridos compañeros constructores y trabajadores de esta fábrica:

Tenemos ya el 90% de la obra concluida; nos faltan solo algunas tareas para completar la Línea 2 y la Línea 3, pero tenemos ya la Línea 1 produciendo. Hemos alcanzado la cifra, según explicó el jefe de los especialistas de la RDA, de 61 500 toneladas de cemento; luego, nuestra fábrica está ya produciendo cemento; luego, tenemos derecho, con toda justicia, a inaugurar ya, hoy, esta fábrica (APLAUSOS).

Esta fábrica tiene realmente su historia, una historia hermosa pero a la vez una historia heroica, no solo la que aparece fotográficamente en este álbum obsequiado por Trujillo, sino la historia que ustedes llevan grabada en sus mentes y en sus corazones.

Fácil es ver una obra terminada, fácil es visitar una fábrica y verla produciendo, pero eso no es capaz de reflejar cuánto esfuerzo, cuánta energía mental y física ha sido necesario emplear para crearla. Recordábamos los primeros tiempos, desde el inicio de las conversaciones con nuestros hermanos de la RDA, las negociaciones, la elaboración de los proyectos, después de haber seleccionado el lugar, lo que se llama la microlocalización de la obra; pero había que microlocalizar una macroobra, que tiene la extensión de varias caballerías. Recuerdo cuando llegaron los primeros equipos, los primeros esfuerzos del movimiento de tierra, y cuando los equipos no alcanzaban y hacían falta nuevos refuerzos. Recuerdo a los primeros trabajadores, y cuando se calculaba el número de obreros necesarios y se reclutaban en toda la antigua provincia de Las Villas, los obreros de la construcción y los jóvenes, y cuando se contrataban los equipos, y cuando las plantas alemanas, numerosas plantas alemanas, comenzaban a producir los equipos tecnológicos de esta fábrica; la llegada de esos equipos, su transporte a través de miles de kilómetros, su descarga, su transporte a la fábrica, su almacenamiento, su mantenimiento a medida que iban llegando. Recuerdo los problemas técnicos que se presentaron en medio de la construcción, con motivo del grado de humedad de la marga y la arcilla, y cómo fue necesario resolver, en el período de la construcción, esta dificultad técnica, y cómo trabajaron los técnicos de la RDA en buscarle una solución y en producir los equipos, precisamente estos equipos que están delante de nosotros en este ya famoso Suplemento 4 (APLAUSOS), sin cuya terminación no podíamos echar a andar la fábrica. Y ahí lo vemos: la primera línea produciendo, el Suplemento 4 trabajando. ¡Cuántos millones y millones de horas ha sido necesario invertir, cuánto trabajo físico y mental! Pero al final, como todo fruto del trabajo creador del hombre, nos queda la satisfacción de ver la obra realizada, la obra terminada.

Esta planta tiene para nuestro país una enorme importancia. Trujillo dijo que mucho más que lo que se producía en el capitalismo puede producir esta fábrica. Realmente esta fábrica, cuando esté a plena capacidad de trabajo, producirá el doble del cemento que se producía en Cuba antes de la Revolución. Con esta fábrica y con la de Mariel, tendremos una capacidad mayor que la que actualmente existe en el país, una capacidad adicional de más de 3 millones de toneladas de cemento, lo que elevará la capacidad total del país en este próximo quinquenio a más de 5 millones de toneladas de cemento, que es aproximadamente de seis a siete veces la capacidad que existía antes de la Revolución.

Esta fábrica nos enseña cuán largo, duro y difícil es el camino del desarrollo. Cinco años hemos tenido que trabajar sin descanso para poder construir esta fábrica, para disponer de esta materia prima tan esencial para el desarrollo, para el desarrollo económico y el desarrollo social, y sobre todo tan fundamental para resolver uno de los problemas más críticos de nuestra población, que es la necesidad de construir viviendas. Durante años, muchos años, hemos trabajado en la creación de una industria que sirva de base al desarrollo de la construcción de viviendas, y ya en el próximo quinquenio comenzaremos a recibir los primeros frutos.

Con estas nuevas plantas de cemento no solo dispondremos para satisfacer todas nuestras necesidades durante varios años, sino que incluso dispondremos de un excedente de cemento para la exportación; de modo que nuestro país se convertirá en exportador de cemento, y podremos ingresar en nuestra economía decenas de millones de dólares como resultado de nuestras nuevas capacidades de producción de cemento.

Esta planta —como todos sabemos— ha sido posible gracias a la colaboración económica bilateral entre la RDA y Cuba. Los equipos tecnológicos costaron 62 millones de pesos, fue un precio razonable, un precio satisfactorio para nosotros, muy satisfactorio. Hoy día esos mismos equipos, si tomamos en cuenta la inflación mundial, costarían entre 80 y 100 millones de pesos. La construcción total, la obra en total —como ustedes saben y se ha publicado—, su costo rebasa los 150 millones de pesos.

Ahora bien, son muchos millones; sin embargo, nosotros obtuvimos el crédito en la RDA para los equipos tecnológicos de la fábrica, un crédito por 10 años, a comenzar a pagar después que entrara en producción la primera línea, con un 2% de interés. Vean ustedes qué magníficas condiciones de crédito, qué magníficas condiciones financieras para poder construir esta fábrica, además de las magníficas relaciones de intercambio comercial que tenemos con la RDA, de los precios satisfactorios para nosotros y estimulantes para nosotros que recibimos del azúcar y del níquel y de otros artículos que exportamos a la RDA; comercio que se desarrolla, comercio que ha crecido extraordinariamente en estos años, comercio que crecerá en un 46% aproximadamente en el próximo quinquenio con relación a este que está finalizando.

De modo que la colaboración económica se desarrolla rápidamente y satisfactoriamente entre la RDA y nuestro país. Al igual que se desarrolla con la Unión Soviética y los demás países socialistas.

El desarrollo de estas relaciones le da más solidez a nuestra economía, la hace menos dependiente de los mercados occidentales, de las altas y bajas y de las crisis de ese mercado; nos hace menos dependientes del intercambio desigual que tenemos con el mundo capitalista. Para nosotros es un motivo de aliento, de estímulo y de esperanza el rápido desarrollo que tiene lugar en los países socialistas, y como ejemplo, el rápido desarrollo de la República Democrática Alemana, que hoy ocupa uno de los diez primeros lugares en el mundo en producción industrial; siendo la comunidad socialista nuestro apoyo fundamental, en la medida en que la comunidad socialista se desarrolle económicamente aumentan nuestras perspectivas y nuestras posibilidades de desarrollo.

La RDA tiene, desde luego, niveles de vida mucho más altos que nuestro pueblo. Ellos consumen aproximadamente ocho veces más electricidad que nuestro país con algo menos del doble de la población de Cuba, consumen unas quince veces más madera que nosotros, unas ocho o diez veces más energía; ellos ya, entre nuevas construcciones de vivienda y remodelaciones tienen una producción anual de aproximadamente 150 000 viviendas; ellos producen 12 millones de toneladas de cemento, y tiene el extraordinario mérito la hermana República Democrática Alemana de que se constituyó sobre las ruinas del fascismo en la parte menos industrializada de Alemania. Han tenido que realizar un gigantesco esfuerzo político, y un gigantesco esfuerzo de desarrollo, en condiciones muy difíciles, en un país destruido, en la parte más atrasada del país destruido. Han tenido que atravesar ese largo y difícil período, que ahora amenaza con volver de nuevo, de la guerra fría, y de enconada lucha ideológica. Porque para nosotros la RDA es un ejemplo, ya que al igual que nosotros se encuentra en la primera trinchera: ellos allá en Europa, nosotros aquí en América Latina, en este hemisferio (APLAUSOS).

Trujillo hablaba del mérito de construir el socialismo a 90 millas de Estados Unidos, él decía a 90 millas del imperialismo, yo pensaba cuando lo escuchaba: en realidad hemos estado construyendo el socialismo no a 90 millas, sino a menos de un metro, porque tenemos el imperialismo en nuestro propio territorio, en la Base Naval de Guantánamo (APLAUSOS), luego no estamos a 90 millas del imperialismo, cosa que hemos dicho todos muchas veces olvidándonos de la base; estamos construyendo el socialismo a menos de un metro del imperialismo yanki, y esperamos que un día nos devuelvan nuestro territorio y que se alejen a 90 millas que es lo más cerca que podemos tolerarlos (APLAUSOS).

La RDA ha tenido que librar, igual que nosotros, una extraordinaria lucha ideológica frente a la propaganda y a las campañas del enemigo imperialista, y ha tenido que forjar un poderoso partido y un poderoso movimiento juvenil; librar grandes batallas políticas e ideológicas, igual que nosotros.

Para nosotros constituyen un magnífico ejemplo. Ellos, por ejemplo, han desarrollado un sistema educacional fantástico para la formación política, vocacional y técnica de la juventud. Nosotros hemos logrado enormes avances en la educación, pero todavía podemos servirnos de la experiencia de la RDA en este campo; podemos servirnos de su experiencia en organización, de su experiencia en el desarrollo económico, de su experiencia en la lucha ideológica. Por eso tiene tan gran significado el desarrollo de las relaciones entre nuestros partidos y nuestros Estados, que será altamente beneficioso para ambos países, pero será especialmente beneficioso para nosotros.

Por eso nuestro pueblo recibió con tan sinceras pruebas de amistad, simpatía y solidaridad al compañero Honecker y a la delegación de la RDA. Estos no son gestos protocolares ni diplomáticos; nuestras relaciones no tienen nada de protocolares, nada de diplomáticas; son relaciones verdaderamente afectuosas, verdaderamente sinceras y verdaderamente fraternales, como deben ser las relaciones entre países socialistas (APLAUSOS).

Es la segunda vez que tenemos el honor de recibir al compañero Honecker en nuestro país. Y la vez anterior visitamos precisamente, entre otros lugares, la ciudad de Cienfuegos y tuvimos el acto de la amistad en esta misma ciudad. Y recuerdo que entonces hablábamos de esta fábrica que íbamos a construir con la colaboración de la RDA. De ahí que tenga tanto significado y sea un motivo de enorme satisfacción para nosotros que en esta segunda visita, hayamos podido inaugurar esta fábrica prometida aquella vez (APLAUSOS).

Esta obra nos enorgullece a todos, porque como se ha dicho es una de las más grandes plantas de cemento de América Latina. Es necesario un reconocimiento especial a los obreros de la construcción que edificaron esta fábrica. Es necesario un reconocimiento especial también a los jóvenes constructores que convirtieron esta obra en una de sus obras de choque. Es necesario un especial reconocimiento a los hermanos especialistas y técnicos de la RDA que, como explicó Trujillo, trabajaron junto a nuestros obreros, codo a codo, a lo largo de esta obra. Y yo sé que nuestros cuadros, nuestros dirigentes políticos, los dirigentes de la construcción y los obreros, tienen una magnífica opinión de esos técnicos y especialistas hermanos de la RDA (APLAUSOS).

Ellos nos recuerdan a los miles y miles de constructores y trabajadores cubanos que hoy prestan sus servicios en más de 30 países; porque solo el socialismo, solo una sociedad pura, una sociedad moral es capaz de forjar hombres con esos sentimientos y con ese profundo espíritu internacionalista.

Por ser esta obra un ejemplo y un símbolo de la amistad entre la RDA y Cuba; por ser esta obra un ejemplo y un símbolo del internacionalismo proletario; por ser Carlos Marx el fundador de nuestra doctrina revolucionaria (APLAUSOS), y por haber nacido Carlos Marx en el seno del pueblo alemán, esta fábrica llevará el honroso nombre de "Carlos Marx" (APLAUSOS PROLONGADOS).

Ahora quedará en manos de los obreros que la están haciendo ya producir y la llevarán al máximo de su capacidad, un colectivo joven, bien preparado y proletario, que asistidos por los hermanos de la RDA, estoy seguro convertirán esta fábrica en un orgullo productivo de la nación, y que al igual que en estos primeros meses han cumplido y sobrecumplido los planes, así lo harán en el futuro.

Los felicitamos y los abrazamos a todos, queridos constructores, queridos trabajadores.

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(APLAUSOS PROLONGADOS)

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