Citas

“La Revolución tiene que comprender esa realidad, y por lo tanto debe actuar de manera que todo ese sector de los artistas y de los intelectuales que no sean genuinamente revolucionarios, encuentren que dentro de la Revolución tienen un campo para trabajar y para crear; y que su espíritu creador, aun cuando no sean escritores o artistas revolucionarios, tiene oportunidad y tiene libertad para expresarse”.
 
 

Referencia al texto original: Discurso pronunciado como conclusión de las reuniones con los intelectuales cubanos, efectuadas en la Biblioteca Nacional

“(…) la Revolución significa precisamente más cultura y más arte. Les pedimos que pongan su granito de arena en esta obra que, al fin y al cabo, será una obra de esta generación. La generación venidera será mejor que nosotros, pero nosotros seremos los que habremos hecho posible esa generación mejor.  Nosotros seremos forjadores de esa generación futura”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado como conclusión de las reuniones con los intelectuales cubanos, 16, 23 y 30 de junio de 1961

“(…) uno de los propósitos fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura, precisamente para que el arte y la cultura lleguen a ser un verdadero patrimonio del pueblo”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado como conclusión de las reuniones con los intelectuales cubanos, 16, 23 y 30 de junio de 1961

“Nadie ha supuesto nunca que todos los hombres o todos los escritores o todos los artistas tengan que ser revolucionarios, como nadie puede suponer que todos los hombres o todos los revolucionarios tengan que ser artistas, ni tampoco que todo hombre honesto, por el hecho de ser honesto, tenga que ser revolucionario. Revolucionario es también una actitud ante la vida, revolucionario es también una actitud ante la realidad existente. Y hay hombres que se resignan a esa realidad, hay hombres que se adaptan a esa realidad; y hay hombres que no se pueden resignar ni adaptar a esa realidad y tratan de cambiarla: por eso son revolucionarios”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado como conclusión de las reuniones con los intelectuales cubanos, 16, 23 y 30 de junio de 1961

“Nosotros creemos que los escritores y artistas deben tener todos oportunidad de manifestarse; nosotros creemos que los escritores y artistas, a través de su asociación, deben tener un magazine cultural amplio, al que todos tengan acceso”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado como conclusión de las reuniones con los intelectuales cubanos, 16, 23 y 30 de junio de 1961

“Los pueblos piensan que lo único incompatible con el destino de América Latina es la miseria, la explotación feudal, el analfabetismo, los salarios de hambre, el desempleo, la política de represión contra las masas obreras, campesinas y estudiantiles, la discriminación de la mujer, del negro, del indio, del mestizo, la opresión de las oligarquías, el saqueo de sus riquezas por los monopolios yankis, la asfixia moral de sus intelectuales y artistas, la ruina de sus pequeños productores por la competencia extranjera, el subdesarrollo económico, los pueblos sin caminos, sin hospitales, sin viviendas, sin escuelas, sin industrias, el sometimiento al imperialismo, la renuncia a la soberanía nacional y la traición a la patria”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la Segunda Asamblea Nacional del Pueblo de Cuba, celebrada en la Plaza de la Revolución, 4 de febrero de 1962

“La excelencia de Alicia, su talento, su tenacidad y su ejemplo, que inspiraron a generaciones de brillantes artistas, hicieron posible el milagro: la existencia del Ballet Nacional de Cuba con calidad y prestigio mundiales; el nacimiento de la Escuela Cubana de Ballet, síntesis de universalidad, tradición, cubanía y estilo propio, reconocida y aclamada en cualquier parte del planeta; la formación de nuevos y extraordinarios valores y la posibilidad de lograr otros ambiciosos sueños”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la inauguración del XVIII Festival Internacional de Ballet de La Habana, 19 de octubre de 2002