Fortalecidas eternamente por Fidel
Ahora, con la partida de Fidel,
su protector sin par en pensamiento
y actos, Cuba pudiera parecer que enviuda.
Pero tú, que en tu pobreza de alma
supones que viudez equivale a debilidad,
¡afila tu pensamiento!
Vuelve tus ojos a Mariana Grajales,
quien sin vacilar dio su extensa prole, que aún se reproduce,
a las causas de la independencia, la soberanía, la revolución.
A Celia Sánchez,
inquebrantable como toda guerrillera auténtica
y rigurosa en su papel de arquitecta o archivista.
A Melba Hernández, de combatiente heroica
en el Moncada y en el Tercer Frente
a heroína de la Revolución en su conjunto.
A Haydée Santamaría,
de cuya memoria de acero
no pudieron los más sombríos hechos
sacar las palabras “morir por la patria es vivir”.
A Vilma Espín, quien se atrevió a volar
de tejado en tejado desafiando a los asesinos batistianos.
A Sara González, jamás cansada
de bogar por la revolución con poderoso canto.
A Marta Rojas, cuya valiente pluma de periodista captó
tempranamente que la historia iría más allá de absolverlas a todas.
Vuelve tus ojos a estas y a muchas, muchas otras,
firmes, inquebrantables ante el llamado de Cuba y de la humanidad,
fortalecidas eternamente por Fidel.